terça-feira, 24 de março de 2009
Israel usó a un niño de escudo humano
Por Donald Macintyre *
Un niño de 11 años fue usado como escudo humano por las tropas israelíes durante la última ofensiva en Gaza –incluso cuando estuvieron bajo fuego–, según un informe de los expertos en derechos humanos de la ONU publicado ayer. El informe dice que el 15 de enero, cuando los tanques israelíes entraban a Tel el Hawa, en la ciudad de Gaza, las fuerzas ingresaron a un edificio del cual se habían evacuado a las familias con sus pertenencias personales. Se le dijo al niño que abriera sus valijas, una de las cuales tenía un candado al que le disparó un soldado, sin herirlo, decía el informe. Luego se le ordenó que caminara frente al grupo de soldados mientras se movían por el barrio. Cuando los soldados llegaron a los cuarteles de la Cruz Roja palestina, se obligó al menor a entrar primero y cuando más tarde se disparó contra una patrulla, “el niño permanecía frente al grupo”.
El chico fue liberado cuando la unidad llegó al hospital Al Quds. El informe dice que el incidente “parece estar en directa contravención con el fallo de 2005 de la Suprema Corte de Israel sobre la ilegalidad del uso de escudos humanos”. Radhika Coomaraswamy, un enviado especial del secretario general de la ONU para la protección de niños en los conflictos, también acusó a las fuerzas de disparar sobre niños palestinos, derribar un hogar con una mujer y un niño adentro, y bombardear un edificio en el que había civiles.
Las fuerzas de defensa israelíes dijeron que los soldados habían sido instruidos para que no usaran a la población civil, y estaban llevando a cabo una “investigación a fondo” sobre su conducta durante la guerra. Pero añadían: “En general, las fuerzas hicieron el máximo esfuerzo para evitar hacer daño a los palestinos, a pesar del extenso uso que Hamas hizo de ellos como escudos humanos”. El jefe de Estado Mayor de Israel, Gabi Ashkenazy, dijo que las fuerzas de defensa esperaban una investigación criminal ordenada después que se hicieran públicas las quejas, “pero mi impresión es que actuó moral y éticamente”.
Por otro lado, los padres de un activista de paz estadounidense apelaron públicamente ayer para que se llevara a cabo una total investigación sobre cómo las fuerzas de seguridad israelíes le dispararon a su hijo en la cabeza con un lanzagases lacrimógeno de alta velocidad.
Tristan Anderson, de 38 años, está en condiciones críticas después de tres operaciones cerebrales en el hospital Tal Hashomer, en Israel, como resultado de disparos al final de una manifestación regular conjunta árabe-judía contra la barrera de separación israelí en el pueblo de Ni’lin en Cisjordania.
Los activistas dicen que los disparos –con un alcance de más de 400 metros– fueron hechos directamente contra Anderson desde unos 60 metros, cuando estaba parado con otros activistas en el centro del pueblo. Dicen que estaba bien alejado de la barrera, donde habían tenido lugar las principales protestas anteriormente, el 13 de marzo. Anderson sufrió múltiples fracturas en su cráneo, una gran herida en el lóbulo frontal y la pérdida de un ojo.
Los activistas de paz insisten en que ni Anderson ni sus compañeros más cercanos estaban tirando piedras o eran una amenaza para las fuerzas. La madre de Anderson, quien voló desde California con su marido para estar al lado del lecho de su hijo, dijo ayer que disparar a los manifestantes por la paz era “realmente terrible”. Dijo que la metralla del gas lacrimógeno estaba destinada a ser disparada para dispersar a los manifestantes, pero que en este caso había sido disparada “directamente a la cabeza”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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