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domingo, 24 de fevereiro de 2019
Isso é crime, e não ajuda humanitária
Revoltante e irresponsável. E de ambos os lados. O que está acontecendo nas fronteiras da Venezuela não é fornecimento de ajuda humanitária, mas o uso político dela. Isso é um crime, afirma Astrid Prange.
Deutsche Welle
Vamos deixar uma coisa bem clara: a população da Venezuela precisa de ajuda humanitária. O número de pessoas que luta pela simples sobrevivência aumenta a cada dia, e o fornecimento de alimentos e medicamentos é uma catástrofe no país.
Tanto pior, portanto, que o autointitulado presidente interino Juan Guaidó e seus apoiadores abusem da ajuda humanitária e a usem como instrumento de poder. Aparecer do lado de pacotes de comida para bebê rende boas imagens para a televisão, mas pouca credibilidade política.
Pior ainda é o presidente Nicolás Maduro. O sucessor de Hugo Chávez arruinou economicamente o país, e de forma sistemática. Ele mandou prender os adversários políticos, tirou poder do Parlamento, que é dominado pela oposição, e abandonou a população à própria sorte.
Agora, a ajuda humanitária deve servir, para os dois lados, de cobertura para o fracasso político. As sanções contra o regime de Maduro, impostas desde 2015 pelos Estados Unidos, não tiveram o "sucesso" esperado, ou seja, a queda do "Socialismo do Século 21".
Elas apenas aceleraram o declínio da Venezuela e empurraram Maduro cada vez mais para os braços de Moscou e Pequim. Na semana passada, Maduro falava que não havia fome na Venezuela. Agora, ele anuncia, às vésperas do embate de 23 de fevereiro, que 300 toneladas de ajuda humanitária estão chegando da Rússia.
A Rússia é o principal aliado da Venezuela. Já nos tempos de Chávez, o Kremlin enviava armas para as Forças Armadas venezuelanas. Além disso, Caracas deve 12 bilhões de dólares para Moscou – como garantia para empréstimos, a Venezuela empenhou nada menos que a metade das ações da Citgo, uma rede de postos de gasolina nos Estados Unidos que pertence à estatal petrolífera PDVSA.
A Rússia tem, com isso, dois trunfos contra o presidente Donald Trump: por meio da Citgo, pode influenciar o abastecimento de combustíveis nos Estados Unidos; e, por meio da presença na Venezuela, se estabeleceu como importante ator internacional, ao lado da China e dos EUA, na América Latina.
O mais novo exemplo é o veto da Rússia no Conselho de Segurança da ONU, na semana passada. À resolução dos EUA que exigia novas eleições e ajuda humanitária, Moscou contrapôs seu próprio projeto de resolução.
O imbróglio deixa antever um retorno à Guerra Fria. Que ela tenha como palco justamente a América Latina é especialmente trágico. Afinal, a confrontação entre os Estados Unidos e a Rússia foi oficialmente encerrada apenas em 2014, com a normalização das relações diplomáticas entre EUA e Cuba.
Se houvesse um real interesse em enviar ajuda humanitária para a população da Venezuela, agências da ONU, como o Programa Alimentar Mundial, poderiam levar alimentos para o país – se necessário, com um mandato do Conselho de Segurança. Organizações de ajuda humanitária americanas e russas, bem como doadores de todo o mundo, poderiam entregar suas remessas para a ONU em vez de usá-las para elevar a divisão política dentro do país.
E ainda mais importante: o governo da Venezuela poderia, ele mesmo, pedir ajuda à comunidade internacional. Ajuda humanitária também poderia ser transportada a pé, por voluntários, por outros pontos da fronteira além de Cúcuta – sem toda essa cobertura midiática.
O atual uso político da ajuda humanitária é tudo menos humanitário. Ele faz uma população inteira refém e transforma quem presta ajuda humanitária em cúmplice de uma acirrada disputa política de poder. Isso é um crime.
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A Deutsche Welle é a emissora internacional da Alemanha e produz jornalismo independente em 30 idiomas.
Imagem: https://c.wallhere.com/photos/75/9e/Zdzis_aw_Beksi_ski_fantastic_realism_creepy_surreal_dark_war-1504145.jpg!d
domingo, 20 de novembro de 2011
Conquista de Libia inicia la recolonización de África
Con gran despliegue de publicidad, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), ha anunciado el fin de su campaña militar sobre Libia. Detrás deja una operación militar iniciada el 19 de marzo donde aeronaves de la OTAN llevaron a cabo más de 26,500 salidas, entre ellas 9,700 misiones de ataque y bombardeo donde se estima, el número de muertos superó la cifra de 50 mil vidas.
Concluidas dichas operaciones militares, a través del Consejo Nacional de Transición se inicia la nueva recolonización imperialista de este vasto y rico territorio del Norte de África por lo que ya se llama el nuevo “Consorcio Euroamericano”.
De acuerdo con Aijaz Ahmad en un excelente ensayo publicado en el Volumen 28 correspondiente al mes de noviembre de 2011 en la revista publicada en India bajo el nombre Frontline, Libia es el primer país que ha sido exclusivamente invadido en nombre de los derechos humanos. Tal pretexto, indica el autor, va más allá de la doctrina establecida por George W. Bush al proclamar el derecho de Estados Unidos a la guerra preventiva en la Guerra contra el Terrorismo, y como parte de ella, la derogación de distintas disposiciones de la Convención de Ginebra aplicables a aquellos contra los cuales tal guerra va dirigida.
Según el Presidente de Francia, Nicolás Zarkozy, en Libia las potencias principales de la OTAN dieron un giro en la política exterior de su país, la de Europa y la del mundo.
Nos indica Ahmad, que el derecho a la independencia de las naciones es un asunto inseparable del derecho de sus pueblos a escoger sus gobiernos. Así las cosas, señala, la interferencia de las naciones extranjeras con los gobiernos que cada país tenga, más que un asunto de derechos humanos, lo que plantea es un asunto de intervencionismo. De hecho, el autor indica que si de dictaduras y violación de derechos humanos se tratara, el principal objetivo de una intervención como la OTAN en Libia, debió ocurrir en Arabia Saudita y no en este país africano.
La realidad según Ahmad, es que el interés protegido detrás de la agresión contra Libia no fueron los derechos humanos de sus ciudadanos, ni el rechazo al gobierno impulsado por Gadaffi. Con sus 46 billones de barriles de petróleo en el subsuelo, Libia constituye el principal país con mayores reservas en el continente africano. A lo anterior podemos sumar los inmensos acuíferos subterráneos, los cuales han sido descritos por el ex presidente cubano y Comandante de su Revolución, Fidel Castro Rúz, como tres veces el tamaño de Cuba. Otras referencias al tamaño del acuífero libio, lo sitúa en el equivalente a la superficie de Alemania.
Otros intereses de las potencias europeas y de Estados Unidos en la región lo constituyen sus depósitos de gas natural y minerales, como también debemos sumar en la voracidad depredadora imperialista los $90 mil millones comprometidos por Libia como reserva monetaria para contribuir al desarrollo de un sistema económico para los países de la Organización de la Unión Africana como parte de un proyecto histórico por eliminar de sus pueblos y gobiernos el control ejercido sobre sus economías por el Manco Mundial.
De una producción diaria de 1.6 millones de barriles de petróleo, el 70% va a cuatro países europeos, precisamente aquellos que mayor peso tuvieron en la agresión de la OTAN contra este país: Francia, Alemania, Italia y España. De ahí que desde muy temprano, el apoyo de estos países al llamado Consejo Nacional de Transición estuviera marcado por compromisos vinculados a sus reservas petroleras como es el caso de Francia, donde su apoyo a los rebeldes estuvo garantizado por un acuerdo en el cual el nuevo régimen garantizaría a este país el 35% de la producción bruta futura de petróleo; o como en el caso de Inglaterra, mediante la concesión de una licencia para extraer petróleo del subsuelo libio.
Resulta interesante los datos revelados por Ahmad en su ensayo con relación a una carta enviada por la Organización de la Unión Africana al Consejo de Seguridad de la ONU el 15 de junio sobre la crisis en este país. Esta se produjo tres meses luego de iniciados los bombardeos de la OTAN. El Consejo de Seguridad es el mismo organismo que bajo el control de las potencias imperialistas, autorizó la campaña militar de la OTAN contra Libia.
En su carta, en primer lugar, la OUA hizo un llamado al diálogo antes de la aprobación de las Resoluciones 1970 y 1973. A pesar de su llamado, el Consejo de Seguridad hizo caso omiso y continuó adelante su política intervencionista. En segundo lugar, la OUA advirtió al Consejo de Seguridad que autorizar un ataque contra Libia o contra cualquiera de sus Estados miembros, constituía una peligrosa provocación. En tercer lugar la OUA advirtió, contrario a lo indicado por el Consejo de Seguridad cuando se refería a asesinato de civiles, que la lucha entre las fuerzas armadas de un gobierno y fuerzas armadas de rebeldes insurrectos no era genocidio. Finalmente, en cuarto lugar, la OUA advirtió a las Naciones Unidas que su rol como entidad no era tomar partido por uno de los lados en el contexto de una guerra civil, sino como organización, promover el diálogo entre las partes. A pesar de ello, el Consejo de Seguridad siguió adelante abriendo el espacio a la intervención militar de la OTAN. Y lo hizo cuando tan temprano como el 10 de abril, ya Gaddafi había aceptado la propuesta negociación y arbitraje del conflicto propuesto por la Organización de la Unión Africana.
La intervención militar de la OTAN, a pesar de que ni siquiera tal hecho estuvo contemplado por las Resoluciones del Consejo de Seguridad, contó con la activa participación en tierra de mercenarios y apoyo militar de los países de la coalición imperialista. Los primeros, estimulados por el ofrecimiento de $20 millones puestos a disposición de quienes mataran o capturaran a Gaddafi; los segundos, mediante la participación directa en la campaña militar por parte de fuerzas especiales, incluyendo fuerzas militares provenientes de Qatar y otros emiratos árabes, quienes dirigieron los bombardeos, recopilaron información, entrenaron insurgentes y proveyeron inteligencia, apoyando directamente las operaciones militares de los llamados rebeldes en tierra.
Se trata, según el autor, de la primera aventura conjunta entre el Comando de África (AFRICOM) de Estados Unidos y la OTAN. En tal aventura, Estados Unidos invirtió $2 mil millones.
Pero la historia no termina aquí. El pasado 12 de octubre, fecha que marca el inicio de la colonización del Nuevo Mundo en las Américas, el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció, como si en ello no estuviera oculto de manera subliminal, el nuevo proyecto imperialista de Estados Unidos para el resto del continente africano. En una alocución hecha en esa fecha, Obama anunció el desplazamiento de fuerzas especiales de Estados Unidos en África Central para brindar apoyo y asistencia a fuerzas armadas regionales comenzando con Uganda, y anunciando de paso, su intención de desplegar, además, fuerzas militares en el Sudán del Sur (país recién surgido en el mes de julio como resultado de un proceso de secesión apoyado por Estados Unidos y las Naciones Unidas en la división del mayor país africano, Sudan); la República Centro Africana y la República Democrática del Congo. A lo anterior se suma la presencia de las fuerzas armadas de Estados Unidos en Etiopía y Somalia, donde viene desarrollando operaciones militares, así como sus intervenciones encubiertas en países como Yemen y otros localizados en la costa oriental africana.
Para Ahmad, el conflicto iniciado con la intervención de la OTAN en Libia no es sino el inicio de una confrontación mayor a ser librada en los próximos años por Estados Unidos y Europa frente al expansionismo económico de la República Popular China en el continente africano. Actualmente China importa gran parte de los recursos naturales que utiliza en sus programas de desarrollo, incluyendo el petróleo, que representa hoy día una tercera parte de sus importaciones desde el continente africano.
El asesinato de Muammar Gaddafi representa una violación de los acuerdos de la Convención de Ginebra en torno a los combatientes capturados en una guerra o conflicto armado, particularmente su Artículo 13 de la Convención III, donde expresa que todo combatiente capturado como prisionero de guerra debe ser tratado en todo momento con humanidad. Allí también se dispone que será ilegal por parte de cualquier poder que le capture causarle la muerte o poner en peligro su salud, ni someterle a cualquier forma de mutilación o experimentación médica o científica. Se requiere, además, que en ningún caso, un prisionero de guerra sea expuesto a actos de intimidación o violencia, ni expuestos a insultos o curiosidad pública. Todas y cada una de estas disposiciones fueron flagrantemente violentadas en el manejo del caso de Muammar Gaddafi.
La obligación de las fuerzas que le capturaron era, en todo caso, tras su captura, someterle a juicio, si es que contra él pretendía llevarse alguna acusación. El linchamiento de Gaddafi por sujetos entre los cuales se encontraban extranjeros, donde en escenas grabadas en vídeo podían escucharse personas hablando en español, denota la intención expresa de la OTAN en que su asesinato se consumara sin tener que llevarle a juicio. Así lo estimuló apenas 48 horas antes de su asesinato la Secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, cuando desde Trípoli expresó: “Nuestro deseo es que pronto sea matado o capturado.” ¡Así de transparente es el imperialismo!
La forma en la cual se condujeron los responsables de su muerte, violentando la ley musulmana, profanando su cadáver medio desnudo y ensangrentado como si fuera un animal que se sacrifica, para luego exhibirlo sin lavar su cuerpo y colocarlo en el refrigerador de una carnicería por varios días, nos da la medida de la saña con la que estos bárbaros, auto denominados luchadores por la libertad de Libia, han actuado. Con ello, sin embargo, han proporcionado sin saberlo a África, el primer gran mártir en la defensa del Continente ante la nueva recolonización imperialista del Siglo 21.
Indica Ahmad en su ensayo que en su breve testamento, Gaddafi indicó:
“Dejemos que la gente libre del mundo sepa que pudimos haber negociado y vendido nuestra causa a cambio de nuestra seguridad y una vida estable. Recibimos muchas ofertas a tales efectos pero escogimos estar a la vanguardia de la confrontación como pendón del deber y el honor. Aún si no triunfamos de inmediato, estaremos dando una lección a las generaciones futuras de que escoger la defensa de la nación es un honor y venderla es una gran traición que la historia nunca habrá de perdonar, independientemente de los intentos de otros de decir que hicimos otra cosa.” (Traducción nuestra de su versión en inglés.)
Los años venideros seguramente nos permitirán desde la distancia de este momento en que se escribe este capítulo de la historia hacer los ajustes de miras necesarios para una mejor comprensión de lo que ocurrió en la Gran Jamahiriya Árabe Libia Popular Socialista.
80grados
segunda-feira, 7 de março de 2011
American way of life
INVASÕES NORTE-AMERICANAS NO MUNDO
Organizado por Alberto da Silva Jones (professor da UFSC).
terça-feira, 9 de novembro de 2010
VAMPIROS INVASORES
Israel anuncia construção de 1,3 mil apartamentos em Jerusalém Oriental
Guila Flint
De Tel Aviv para a BBC Brasil
A comissão de planejamento e construção em Jerusalém anunciou nesta segunda-feira o plano de erguer 1,3 mil apartamentos em assentamentos judaicos na parte oriental da cidade, reivindicada pelos palestinos como capital de seu futuro Estado.
Cerca de mil dos novos apartamentos serão construídos no assentamento de Har Homa, que fica entre Jerusalém e a cidade palestina de Belém, na Cisjordânia, em uma colina que os palestinos chamam de Jabel Abu Ghneim.
Parte das terras onde o assentamento foi construído pertence à cidade de Beit Sahour, no distrito de Belém.
Histórico
O início da construção do assentamento de Har Homa ocorreu durante a primeira gestão do primeiro-ministro Netanyahu, em 1997, e gerou uma crise no processo de paz.
Hoje em dia, a população de Har Homa já chega a 45 mil habitantes.
Outros 320 apartamentos serão construídos no assentamento de Ramot, fundado em 1974 e onde moram 47,5 mil israelenses.
A ONG Ir Amim (Cidade dos Povos, em tradução livre) criticou o anúncio das novas construções.
"Enquanto Netanyahu se encontra nos Estados Unidos, para supostamente promover o processo de paz, seu governo continua criando fatos consumados em Jerusalém que vão dificultar mais ainda a possibilidade de uma solução política", declarou a organização.
Constrangimento
O Ministério do Interior de Israel, que controla a comissão de planejamento, anunciou que "trata-se de um procedimento de rotina".
No entanto, analistas mencionam um fato semelhante que ocorreu em março deste ano, durante a visita do vice-presidente americano, Joe Biden, quando Israel anunciou a construção de 1,6 mil casas em Jerusalém Oriental.
Naquela época o anúncio causou constrangimento ao vice americano e gerou uma crise nas relações entre Israel e os Estados Unidos.
Depois do anúncio anterior, Biden declarou que a ampliação dos assentamentos israelenses em Jerusalém Oriental "prejudica a confiança no diálogo".
Negociações
As negociações diretas entre israelenses e palestinos, retomadas no início de setembro, foram suspensas um mês depois pelo presidente palestino, Mahmoud Abbas.
A decisão de Abbas ocorreu após o premiê Netanyahu se negar a prolongar o prazo do congelamento da construção dos assentamentos, que terminou no dia 26 de setembro.
Desde então, Israel retomou a construção dos assentamentos na Cisjordânia.
Abbas declarou que não vai voltar à mesa de negociações "se Israel continuar construindo nos territórios ocupados". Netanyahu pediu o retorno às negociações "sem condições prévias".
domingo, 7 de novembro de 2010
La orden de torturar formó parte de la estrategia sectaria bélica de EEUU en Iraq
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández |
La publicación por WikiLeaks de una orden del ejército estadounidense dirigida a sus soldados en el sentido de no investigar los casos de torturas a los detenidos por fuerzas iraquíes se interpretó en las noticias sobre la filtración como una muestra más del desinterés del ejército de EEUU ante las torturas perpetradas en Iraq.
Pero el significado más profundo de esa orden, que los medios pasaron precisamente por alto, es que formaba parte de una amplia estrategia de EEUU que perseguía explotar el odio sectario chií contra los sunníes con el objetivo de suprimir la resistencia sunní, por su oposición a la invasión y ocupación estadounidenses.
Y la figura clave, a la hora de desarrollar esa estrategia de utilizar a las fuerzas chiíes y kurdas para suprimir a los sunníes durante los años 2004-2005, fue la del General David Petraeus.
La estrategia consistió en el deliberado despliegue de comandos policiales chiíes y kurdos en zonas de insurgencia sunní, con pleno conocimiento de que se estaba torturando a los detenidos sunníes, como muestran los informes publicados por WikiLeaks.
Esa estrategia inflamó los temores sunníes ante el dominio chií y fue uno de los factores que más contribuyeron al incremento de la influencia de Al-Qaida en las zonas sunníes. La alimentada escalada de la violencia sunní-chií llevó a la masiva guerra sectaria de 2006 en Bagdad, en el curso de la cual decenas de miles de civiles –principalmente sunníes- murieron asesinados.
La estrategia de utilizar unidades de los comandos policiales y del ejército compuestas mayoritariamente por chiíes y kurdos para suprimir a los insurgentes sunníes se adoptó en abril de 2004 tras un punto de inflexión clave en la guerra, cuando las unidades del Cuerpo de Defensa Civil desaparecieron sustancial y repentinamente de toda la región sunní durante una ofensiva de la insurgencia.
Dos meses después, el mando del ejército de EEUU emitió la “FRAGO 242 [orden fragmentaria, por sus siglas en inglés]”, que estipulaba que no debía llevarse a cabo investigación alguna sobre las torturas y malos tratos a los detenidos por parte de iraquíes a menos que se dictara una orden en tal sentido desde la sede del mando, según las referencias a la orden que aparecen en los documentos de WikiLeaks.
La orden llegó inmediatamente después de que el General Petraeus se pusiera al frente del nuevo Mando Transitorio de Seguridad Multinacional en Iraq (MNSTC-I, por sus siglas en inglés). Era una clara señal de que el mando estadounidense contaba con la tortura a los prisioneros como rasgo fundamental de las operaciones de la policía y el ejército iraquí contra los insurgentes sunníes.
Petraeus sabía que llevaría al menos dos años construir un cuerpo de oficiales iraquíes competente, como contó a Bing West, autor de “The Strongest Tribe”, en agosto de 2004. Mientras tanto, tendría que utilizar las milicias kurdas y chiíes.
En septiembre de 2004, Petraeus adoptó un plan para establecer unidades paramilitares dentro de la policía nacional.
Las unidades iniciales pertenecían a los antiguos equipos de fuerzas especiales iraquíes no sectarias. Sin embargo, en octubre, Petraeus patrocinó la primera unidad, claramente sectaria, de milicias chiíes: las fuerzas estadounidenses estuvieron entrenando durante dos meses a los 2.000 chiíes de la “Brigada del Lobo” como elemento clave de su estrategia de comandos policiales.
En noviembre de 2004, después de que el 80% de las fuerzas de policía sunníes desertara y se uniera a los insurgentes en Mosul, el mando estadounidense envió a esta ciudad a 2.000 milicianos kurdos, los peshmerga; y cinco batallones de soldados, mayoritariamente chiíes, junto a un puñado de kurdos, a patrullar Ramadi. Pero pocas semanas después, una vez completado su entrenamiento, se envió también a Mosul la Brigada del Lobo.
También se trasladaron a Samarra y Faluya cientos de tropas chiíes desde Bagdad y las zonas sureñas del país.
La Brigada del Lobo no necesitó mucho tiempo para hacerse famosa por sus torturas a los detenidos sunníes. Associated Press informó del caso de una mujer detenida en Mosul a la que azotaron con cables eléctricos para conseguir que firmara una confesión falsa asegurando que era una líder local de alto nivel de la insurgencia.
Un oficial del mando estadounidense dijo posteriormente a Richard Engel, de la NBC, que la Brigada del Lobo había sido una unidad muy eficaz y que había logrado expulsar de Mosul a la insurgencia.
Seguidamente se envió a la Brigada del Lobo a las barriadas sunníes de Bagdad, donde la Asociación de Académicos Musulmanes la acusó públicamente de haber “detenido, torturado y asesinado a los imanes y vigilantes de algunas mezquitas, arrojando después sus cadáveres a los basureros…”
La Brigada del Lobo se desplegó también por otras ciudades sunníes, incluidas Samarra y Ramadi, siempre en estrecha cooperación con las unidades del ejército estadounidense.
Los documentos de guerra publicados por WikiLeaks incluyen una serie de informes sobre Samarra de 2004 y 2005, en los que se describe cómo el ejército estadounidense había entregado a sus cautivos a la Brigada del Lobo para “interrogatorios adicionales”. Lo que eso suponía era que los comandos chiíes podrían extraer más información de los detenidos de la que permitirían las leyes estadounidenses.
El General Martin Dempsey, quien en septiembre de 2005 sucedió a Petraeus como comandante responsable del entrenamiento de las fuerzas de seguridad iraquíes, dio a entender claramente en una entrevista con Elizabeth Vargas, de la ABC News, realizada tres meses después, que el mando de EEUU aceptaba los duros métodos interrogatorios de la Brigada del Lobo como una característica ineludible de utilizar fuerzas de contrainsurgencia iraquíes.
Dempsey dijo: “Estamos combatiendo en un entorno de gran dureza… estos chicos no están luchando en las calles de Bayonne, Nueva Jersey”. Contrariamente a la noción occidental de “inocente hasta que se pruebe que es culpable”, dijo que la idea que se tenía en Iraq estaba “muy cerca” de todo lo “contrario”.
Vargas informó: “Para Dempsey, gran parte de la tarea de construir una fuerza policial viable es aprender a aceptar, cuando no abrazar, las diferencias culturales”.
Una segunda etapa de la estrategia de la guerra sectaria contra los sunníes llegó cuando el nuevo gobierno chií se apoderó del Ministerio del Interior en abril de 2005. El ministro chií llenó de inmediato las fuerzas de la policía iraquí –especialmente las unidades de los comandos- con tropas chiíes de las Brigadas Badr, las fuerzas leales al Consejo Islámico Supremo de Iraq entrenadas por Irán.
Fue cuestión de días que las Brigadas Badr, junto con las Brigadas del Lobo, empezaran una campaña de arrestos, torturas y asesinatos masivos de sunníes en Bagdad y en otros lugares de la que ampliamente informaron las agencias de noticias.
El mando estadounidense respondió a esos desarrollos emitiendo una nueva versión de la orden anterior sobre qué hacer en cuanto a la tortura de iraquíes, según los documentos de WikiLeaks. El 29 de abril de 2005, el mando estadounidense emitió la FRAGO 039, requiriendo que se informara a través de los canales operativos sobre las torturas perpetradas por iraquíes a los prisioneros según un modelo adjunto a la orden. Pero que no hubiera investigación ni seguimiento a menos que así se ordenara desde lo más alto de la cadena de mando.
El ex Ministro del Interior, Falah al-Naquib, dijo posteriormente al corresponsal de Knight-Ridder Tom Lasseter, que había advertido personalmente al Secretario de Defensa Ronald Rumsfeld y a otras autoridades estadounidenses sobre la violencia sectaria de los comandos de policía de las Brigadas Badr contra los sunníes. “Pero no nos tomaron en serio”, se lamentó.
En realidad, el ejército estadounidense y su embajada eran bien conscientes del grave riesgo que entrañaba la estrategia de utilizar a los vengativos comandos policiales chiíes para localizar a los sunníes, i.e., exacerbar las tensiones sectarias entre sunníes y chiíes. En mayo de 2005 Ann Scott Tyson escribió en el Washington Post que los analistas del ejército de EEUU no negaban que la estrategia estadounidense “agrava las fallas subyacentes en la sociedad iraquí, elevando las posibilidades de conflicto civil”.
A finales de julio de 2005, cuando Petraeus todavía encabezaba el mando, John F. Burns, del New York Times, le preguntó a un anónimo “alto funcionario estadounidense” del MNSTC-I si EEUU iba a acabar armando a los iraquíes para que se enfrentaran en una guerra civil. La respuesta del funcionario fue: “Quizá”.
El hecho de que EEUU patrocinara el ataque chií contra los sunníes proporcionó una nueva oportunidad a Al-Qaida. A mediados de 2005, Abu Musab al-Zarqawi, líder de Al-Qaida en Iraq, anunció la creación de una unidad especial, la Brigada Omar, para combatir a los escuadrones de la muerte y comandos de tortura chiíes. Eso produjo un baño de sangre sectario masivo en Bagdad en 2006, con miles de civiles muriendo asesinados cada mes.
(Inter Press Service)
El Dr. Gareth Porter es periodista, historiador e investigador en temas de política de seguridad nacional de EEUU. Desde 2005 escribe regularmente para Inter Press Service sobre la política estadounidense en relación con Iraq e Irán. Es autor de cuatro libros, el último de los cuales es “Perils of Dominance: Imbalance of Power and the Road to War in Vietnam” (University of California Press, 2005). Fue también especialista y activista contra la Guerra de Vietnam y codirector del Centro de Recursos para Indochina en Washington.
Fuente: http://original.antiwar.com/
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terça-feira, 19 de janeiro de 2010
Sindicato dos Jornalistas SP protesta contra invasao do auditorio por PMs

"O Sindicato dos Jornalistas Profissionais do Estado de Sao Paulo, indignado, lamenta e protesta contra a invasao realizada na noite do último dia 14 por Policiais Militares, durante realizaçao de ato em defesa do III Plano Nacional de Direitos Humanos, que tinha nítida tentativa de intimidar os participantes. A intimidaçao já havia ocorrido por volta do meio dia durante a entrega protocolada de carta à presidência da República no seu escritório de Sao Paulo, na esquina da Avenida Paulista e Rua Augusta. A PM por duas vezes exigiu saber “o nome dos responsáveis” pelo evento – do qual participaram cerca de 30 pessoas e foi totalmente pacífico".
Blue Bus
segunda-feira, 3 de agosto de 2009
Excesso de peso de soldados atrapalha ação britânica no Afeganistão, diz jornal

Os esforços do Exército britânico na guerra no Afeganistão podem estar sendo atrapalhados pelo número de soldados com excesso de peso ou simplesmente fora de forma para o combate, segundo reportagem publicada pelo jornal britânico The Observer.
O diário diz ter obtido a cópia de um memorando, enviado para todas as unidades do Exército, que revela que as recomendações e determinações básicas para ajudar os soldados a manter a forma, como a prática de duas horas diárias de exercícios, "não estão sendo seguidas".
O documento destacaria ainda uma preocupação do alto comando com "uma tendência alarmante de obesidade" que está limitando o número de soldados fisicamente capazes de atuar na província de Helmand, uma das frentes do conflito com militantes do Talebã.
O Observer revela que o Exército deve introduzir, em outubro, "medidas de análise da composição corporal", o que ajudaria a "barrar" soldados acima do peso, além de implementar também a obrigatoriedade de no mínimo três sessões semanais de atividade física.
Recorde de mortes
Segundo o jornal, atualmente 3.860 membros das Forças Armadas estão classificados como "incapazes" de serem enviados para a frente de combate, enquanto outros 8.190 têm "capacidade limitada" de serem enviados, por causa de problemas de saúde.
Em uma entrevista ao Observer, o parlamentar conservador Patrick Mercer, ex-diretor de estratégia da Agência de Recrutamento e Treinamento do Exército, disse que as revelações são uma "desgraça". "O Exército está desesperadoramente precisando de mais homens, e é extraordinário que a obesidade seja um problema", afirmou.
Segundo o Ministério da Defesa britânico, desde outubro de 2001, 191 soldados britânicos morreram no Afeganistão - 160 deles em combate.
Entretanto, os últimos anos têm sido mais violentos, com um recorde de 54 mortes apenas no primeiro semestre de 2009.
O governo tem falado em enviar mais soldados para reforças os já 9 mil que estão atuando no Afeganistão - medida que está provocando polêmica no país, diante do número de mortes.
BBC
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