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terça-feira, 28 de junho de 2016

Brexit: consecuencias e impactos

 

Yanis Varoufakis
Michael Roberts 26/06/2016

El Brexit no protegerá a la Gran Bretaña del horror de una Unión Europea en vías de desintegración

Yanis Varoufakis

Ganó el Leave, salir, porque demasiados votantes británicos identificaron a la UE con autoritarismo, irracionalidad y desprecio de la democracia parlamentaria, y porque demasiado pocos creyeron a los que sosteníamos que otra UE era posible.

Hice campaña a favor de un voto radical por el Remain, por quedarse, haciéndome eco de los valores de nuestro movimiento paneuropeo Democracy in Europe Movement (DiEM25). Visité distintas ciudades en Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte, buscando convencer a los progresistas de que disolver la UE no era la solución. Sostuve que su desintegración desencadenaría fuerzas deflacionarias tales, que muy probablemente significarán por doquiera una nueva vuelta de tuerca de la austeridad y que terminarán favoreciendo al establishment y a sus adláteres xenófobos. Junto con John McDonell, Caroline Lucas, Owen Jones, Paul Mason y otros, abogué por una estrategia de permanecer, pero contra el orden y las instituciones establecidos.

Contra nosotros se levantaba una alianza fraguada entre:

- David Cameron, cuyos amaños con Bruselas traen a la memoria de los británicos todo lo que desprecian en la UE;

- el Tesoro y su grotesco alarmismo pseudoeconométrico;

- la City, cuya insufrible arrogancia ensimismada puso a millones de votantes contra la UE;

- Bruselas, tenazmente empleada en aplicar su última tortura del “submarino” y el simulacro de asfixia a la periferia europea;

- el ministro de finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, cuyas amenazas a los votantes británicos galvanizaron el sentimiento antialemán;

- el penoso gobierno socialista francés;

- Hillary Clinton y sus alegras muchachos atlantistas, dibujando una UE incluida en otra peligrosa “coalición de voluntades”;

- y el gobierno griego, cuya persistente capitulación ante la punitiva austeridad de la UE tan difícil nos hacía convencer a la clase obrera británica de que sus derechos estaban protegidos por Bruselas.

Las fuerzas subterráneas insidiosas que se verán activadas ahora

Las repercusiones del voto serán calamitosas. Pero no serán aquellas contra las que repetidamente advirtían Cameron y Bruselas. Los mercados no tardarán en estabilizarse, y las negociaciones probablemente llevarán a una solución de tipo noruego, lo que permitirá al próximo parlamento británico encontrar la vía hacia algún tipo de arreglo tomado de común acuerdo. Schäuble y Bruselas patalearán y resoplarán, pero, inevitablemente, buscarán un compromiso de este tipo con Londres. Los Tories se mantendrán unidos, como siempre, guiados por el potente instinto de su interés de clase. Sin embargo, a pesar de la relativa tranquilidad que seguirá al actual shock, se activarán fuerzas subterráneas insidiosas dotadas de una formidable capacidad para infligir daños a Europa y a la Gran Bretaña.

Ni Italia, ni Finlandia, ni España, ni Francia ni, desde luego, Grecia son sostenibles bajo las actuales condiciones. La arquitectura del euro es garantía de estancamiento y está profundizando la espiral deflacionaria de deuda que fortalece a la derecha xenófoba. Los populistas en Italia, en Finlandia, posiblemente en Francia, exigirán referéndums u otras sendas de desconexión.

El único hombre con un plan es el ministro alemán de finanzas. Schäuble ve en el pánico post-Brexit su gran oportunidad de poner por obra una unión permanentemente austeritaria. Las zanahorias vienen en forma de un pequeño presupuesto de la eurozona destinado cubrir parcialmente el desempleo y los seguros de los depósitos bancarios. El palo será un poder de veto sobre los presupuestos nacionales.

Si yo estoy en lo cierto y el Brexit lleva a la construcción de una jaula de hierro austeritaria permanente para los estados miembros que permanecen en la UE, hay dos posibles resultados. Uno es que la jaula de hierro se sostenga, en cuyo caso la austeridad institucionalizada exportará deflación a Gran Bretaña, pero también a China (cuyo ulterior desestabilización tendrá a su vez negativas repercusiones en Gran Bretaña y en la UE).

Otra posibilidad es que la jaula se rompa (por abandono de Italia o de Finlandia, por ejemplo), resultando finalmente en el abandono por parte alemana de una eurozona en colapso. Pero eso convertirá a la nueva zona Deutschmark –que probablemente se extenderá hasta la frontera ucraniana— en una gigantesca máquina generadora de deflación (puesto que la nueva moneda se disparará al alza, y las fábricas alemanas perderán mercados internacionales). Gran Bretaña y China tendrían, bajo ese escenario, mayores posibilidades aún de ser alcanzadas por un shock deflacionario todavía mayor.

El horror de esos posibles desarrollos, de los que el Brexit no protegerá a Gran Bretaña, es la razón principal de que yo y otros miembros del DiEM25 hayamos tratado de salvar a la UE del establishment que está llevando al europeismo al abismo. Yo dudo mucho de que, a pesar del pánico que han sentido tras el Brexit, los dirigentes de la UE sean capaces de aprender la lección. Seguirán parloteando de la democratización de la UE y seguirán imponiéndose a través del miedo. ¿Puede sorprender que tantos progresistas británicos hayan terminado dando la espalda a esta UE?

Aunque yo sigo convencido de que el Leave era la opción equivocada, me congratulo de la determinación del pueblo británico para enfrentarse a la disminución de soberanía democrática causada por el déficit democrático de la UE. Y me niego a sentirme abatido, aun contándome entre los perdedores del referéndum.

Lo que ahora deben hacer los demócratas británicos y europeos es aprovechar ese voto para enfrentarse al establishment en Londres y en Bruselas con más ahínco que antes. La desintegración de la UE corre ahora a toda velocidad. Tender puentes por toda Europa, unir a los demócratas a través de toda las fronteras y de todos los partidos; eso es lo que Europa necesita más que nunca para evitar deslizarse hacia un abismo xenófobo y deflacionario como el de los años 30 del siglo pasado.

Traducción para www.sinpermiso.info: Mínima Estrella

https://yanisvaroufakis.eu/, 25 junio 2016



El impacto de Brexit

Michael Roberts

Bueno, me equivoqué. Creí que los británicos votarían a favor de permanecer en la UE, aunque por poco. Pero han votado, por poco, salir. El índice de participación del 72% fue mucho mayor que en las últimas elecciones generales de mayo de 2015 (67%), cuando el partido conservador volvió al poder con una exigua mayoría de sólo 12 escaños. El Primer Ministro David Cameron había logrado la victoria por los pelos gracias a la promesa de convocar un referéndum sobre la pertenencia a la UE. Lo que bastó para debilitar el apoyo electoral del euroescéptico Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), que había obtenido más del 20% de los votos en las elecciones europeas y locales. Al aceptar un referéndum, Cameron logró reducir la representación de UKIP a un sólo escaño en el parlamento.

Pero esta táctica política ha fracasado. Cameron ha perdido el referéndum y ha anunciado ya que dimitirá y que dará paso como primer ministro a un dirigente pro-Brexit para llevar a cabo las tensas y tortuosas negociaciones con los dirigentes de la UE en otoño. Ganar las elecciones así ha resultado un regalo envenenado, como sugerí.

Parece que un número suficiente de votantes ha creído los argumentos de los conservadores pro Brexit y UKIP de que la culpa de lo que les pasaba la tenía “demasiada inmigración” y un exceso de regulación de la UE (aunque Gran Bretaña ya es la economía más desregulada de la OCDE). Nada que ver con la crisis capitalista global, la consiguiente larga depresión y las políticas de austeridad del gobierno conservador.

Sí, muchos votantes no se tragaron los argumentos sobre la inmigración y la regulación; pero fueron principalmente los jóvenes; los que vivían en las zonas multiétnicas como Londres y Manchester y los hogares más acomodados en el sur urbano. No fueron suficientes en comparación con los que votaron a favor de la salida. Es decir, los mayores, los que viven en pequeños pueblos y ciudades, principalmente en el norte o en Gales, lejos de Londres y de los “inmigrantes”, pero que han sufrido y mucho los trabajos mal pagados, los recortes del sector público, las viviendas sin mantenimiento y el abandono de las calles y de los servicios públicos.

Junto a ellos, los racistas acérrimos de la pequeña-burguesía y las pequeñas empresas, que de nada se aprovechan del comercio con la UE o de su generosidad financiera. Creen que les iría mejor de alguna manera con una vuelta a los viejos tiempos, cuando el imperialismo británico se bastaba a si mismo ("recuperar de nuevo nuestro país"). Pero no será así porque es muy probable que los escoceses, que rechazaron por muy poco en referéndum su propia independencia en septiembre de 2014, y que votaron mayoritariamente permanecer en la UE, ahora pedirán otro referéndum para abandonar el Reino Unido y permanecer en la UE como un estado independiente. Volver a los viejos tiempos del imperialismo británico será remontarse en el tiempo a antes de la unión de 1603, cuando Inglaterra-Gales y Escocia tenían distintos monarcas.

¿Y ahora qué? Pues bien, los mercados financieros han reaccionado de forma natural con pánico, el valor de la libra esterlina frente al dólar ha caído a su nivel más bajo desde 1985, cuando había (otra) crisis del petróleo. Los precios de las acciones también se han desplomado drásticamente. Pero se trata sólo de una reacción de sorpresa ante lo inesperado. Cómo reaccionarán los mercados financieros en los próximos meses dependerá del curso de las negociaciones (que podrían durar dos años o incluso más). Y de lo que suceda a la economía del Reino Unido.

En notas anteriores, he subrayado la opinión casi unánime entre los economistas convencionales de que Brexit podría perjudicar la economía del Reino Unido, tanto a corto como a largo plazo. La mayoría cree que el Reino Unido entrará en recesión antes de que finalice el año. ¿Por qué? Después de todo, con una libra más débil, los exportadores británicos serán capaces de competir en precios en los mercados mundiales y europeos. Seguramente se reducirá el peligrosamente elevado déficit exterior (el 7% del PIB) que el capitalismo británico mantiene con el resto del mundo. Y el Banco de Inglaterra proporcionará todo el crédito que bancos y compañías quieran y es posible incluso que recorte las tasas de interés a cero para ayudar a las familias con sus hipotecas y a las empresas con sus deudas.

Quizás - pero la historia ha demostrado que la devaluación de una moneda rara vez consigue relanzar el crecimiento económico, la productividad e incluso el comercio de un país. He citado en otra ocasión cómo los keynesianos se equivocaron cuando creyeron en 2001 que la devaluación del peso en Argentina relanzaría la economía: la Gran Recesión pronto les desengañó.

Y durante la Gran Recesión, el Reino Unido dejó caer de manera espectacular la libra. Sin embargo, las exportaciones no se recuperaron, y la economía nacional, impulsada por las bajas tasas de interés y una burbuja de la vivienda, sólo consiguió un déficit por cuenta corriente.

Y ese déficit tuvo que ser financiado con flujos de capital exterior: extranjeros que invierten en la industria británica; la compra de acciones de empresas y bonos del Estado británicos; y depósitos de dinero en efectivo en los bancos británicos para ganar intereses o reinvertir. Pero la financiación ya había empezado a secarse por temor al Brexit. Y el Brexit ahora es una realidad. La única forma de financiar el déficit será elevando las tasas de interés de los depósitos y los bonos, no recortando las tasas.

Sin embargo, el déficit externo en realidad puede reducirse, no porque las exportaciones mejoren, sino porque las importaciones de bienes y servicios extranjeros caigan. Porque si la economía británica se estanca, las empresas y los hogares van a comprar menos del extranjero, ya que los precios de las importaciones subirán con la caída de la libra esterlina y puede haber inflación. Ello reduciría los ingresos reales de los hogares medios británicos.

Y los beneficios de una libra más débil también dependen de la demanda en otras partes del mundo. Si la zona euro y la economía de Estados Unidos no crecen, puede que no basten precios más bajos para que haya un aumento significativo en la demanda de exportaciones del Reino Unido. Además, en los últimos años, las exportaciones británicas han demostrado ser bastante inelástica. Las mercancías británicas tienden a ser bienes y servicios de mayor valor añadido, menos sensibles a la variación de los precios que la ropa confeccionada.

Y esa es la verdadera cuestión. La devaluación en realidad sólo afecta a la demanda. La otra parte de la ecuación es la oferta y la capacidad productiva. La devaluación no necesariamente promueve la inversión y una mayor productividad. Hay quién incluso defiende que la devaluación puede reducir el incentivo para ser eficiente porque se gana competitividad sin el esfuerzo de aumentar la productividad. Lo que realmente importa es lo que va a pasar con la inversión y la rentabilidad empresarial.

Los mayores costes de producción por las importaciones y la debilidad de la demanda en el país y en el extranjero es probable que desalienten a las empresas británicas a la hora de invertir en el país y que lo mismo les ocurra a los inversores extranjeros. Y la rentabilidad general de las empresas británicas a finales de 2015 se situaba todavía por debajo del pico de 1997, mientras que la rentabilidad del sector industrial clave para las exportaciones era la mitad que en 1997.

Si el Reino Unido entra en recesión, la demanda de exportaciones de la UE (coches alemanes, vino francés, ropa italiana etc..) va a debilitarse. Y una recesión en el Reino Unido podría arrastrar también a la UE. Y ello en un entorno en el que el crecimiento económico mundial se ha reducido a su nivel más bajo desde el final de la Gran Recesión, en el que el crecimiento de los beneficios empresariales globales es cero y la inversión empresarial está cayendo en muchas economías.

A largo plazo el Brexit no supondrá una gran diferencia para la salud del capitalismo británico, pero en este momento podría ayudar a acelerar una nueva recesión mundial. Y tendría un impacto mucho mayor en las vidas de los que votaron a favor del Brexit que los supuestos problemas como la inmigración “descontrolada” o las regulaciones de Bruselas.

Traducción para www.sinpermiso.info: G. Buster

https://thenextrecession.wordpress.com/2016/06/24/the-impact-of-brexit/


Yanis Varoufakis
exministro de finanzas del gobierno griego de Syriza, es Profesor de política económica en la Universidad de Atenas. Su libro El Minotauro Global fue publicado en castellano por la editorial española Capitán Swing, a partir de la 2ª edición inglesa revisada.

Michael Roberts
es un reconocido economista marxista británico, que ha trabajador 30 años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next Recession. Fuente:
Varias

domingo, 30 de dezembro de 2012

EUROPA



La Europa inservible  

Rafael Poch · · · · · 

Vamos a hablar del proyecto europeo, de porqué esta Unión Europea, tal como está diseñada, es inviable e inútil para afrontar los retos del siglo. Por “retos del siglo” entiendo el calentamiento global, el auge demográfico, el “pico” petrolero y los problemas globales de dominio de unos países sobre otros, de pobreza y de desigualdad, combinados con una mentalidad caduca que tiende a seguir “resolviendo” todas esas cuestiones con métodos militares en un mundo atiborrado de armas de destrucción masiva capaces de anular toda vida en el planeta. Esos retos claman una “nueva civilización” y una Europa como la que tenemos es un claro impedimento a ella.
Así que vamos a hablar primero de las razones que hacen inviable desde ese punto de vista a la actual Unión Europea, luego, de la respuesta ciudadana que habría que dar a esa realidad y acabaremos con una reflexión sobre la violencia y los riesgos que tal respuesta comporta para quienes la asumen. Pero antes de entrar en esa crítica, quisiera subrayar la importancia de que haya en Europa algún tipo de pacto y estrecho vínculo internacional.
El motivo es que, desde el punto de vista de la historia universal de la guerra y la paz, Europa es la parte más guerrera y violenta del mundo. En los últimos quinientos años la historia europea salta de una guerra a otra, especialmente en los dos siglos que van de 1615 al fin de las guerras napoleónicas en 1815. En ese periodo las naciones europeas estuvieron en guerra una media de sesenta o setenta años por siglo. Luego hubo un poco más de paz hasta 1914, si olvidamos la guerra de Crimea o la franco-prusiana, pero en ese periodo Europa continuó culminando la exportación de guerra y genocidio hacia fuera de sus fronteras con el holocausto colonial- imperial que fue la conquista del mundo no europeo. Además, en ese periodo de relativa paz interna Europa inventó la industrialización y con ella industrializó la guerra lo que la convirtió en algo mucho mas destructivo. Dos guerras mundiales de inusitada mortandad e incubadas en y por Europa, fueron el resultado.
La Unión Europea se creó, precisamente, para remediar la crónica pelea continental, que después de la Segunda Guerra Mundial ha dado lugar a 67 años de paz, una paz, sin embargo, tutelada por dos superpotencias en tensión nuclear, es decir una paz bajo vigilancia y presidida por un factor, el de la destrucción masiva, que representa el escalón superior de la estupidez humana.
Así que tengamos bien presente este dato sobre la Europa guerrera violenta y dominante a la hora de criticar el actual proyecto europeo.
I) Todavía en 2003 Jürgen Habermas, el principal filósofo alemán vivo, pudo escribir un libro titulado “ El occidente dividido ” y ser tomado en serio. Su contexto era la desavenencia entre una parte de la Unión Europea, su matriz franco-alemana, y la administración Bush durante la segunda guerra de Irak. Y su fundamento era la exaltación de los “valores diferentes” –y por supuesto mejores- que Europa decía representar comparada con Estados Unidos.
En esa comparación, Europa era un continente de paz y de cultura, con apego a la nivelación social y al estado asistencial, regido por el derecho internacional y no por la ley del mas fuerte, es decir centrado en la diplomacia y no en la guerra, y tolerante y no fundamentalista en materia religiosa.
En países como China, esa desavenencia de 2003 estuvo en el centro de la discusión internacional de los dirigentes de Zhongnanhai, el Kremlin de Pekín. La posibilidad de que Occidente, aquel bloque que crucificó a China en el XIX, pudiera partirse en dos y se convirtiera en dos polos con intereses globales y recetas diferentes, es decir en algo más débil que lo anterior, era sumamente interesante por las mayores posibilidades y márgenes de acción que podía reportar en la multipolaridad a los países emergentes.
Ahora sabemos que aquella desavenencia, con su discurso narcisista y embellecedor de la Unión Europea sobre sí misma, es un fraude y que las esperanzas de una divergencia trasatlántica que tanto interesaron en China fueron un espejismo. La actual crisis nos ofrece una perspectiva mucho más real y un espejo mucho más fiel de la realidad europea.
Constatamos que esa Europa “autónoma y mejor” y preconizadora de “otros valores”, ha apoyado, colaborado y participado en casi todo lo que reprochaba a su pariente histórico de ultramar. Es decir Europa sigue siendo imperialista y sus debilitadas naciones se unen, precisamente, para poder seguir siéndolo. Veamos la lista:
-Durante veinte años se ha excluido a Rusia de cualquier esquema de seguridad continental. Es decir se ha impedido cerrar la relación de guerra fría con el extremo oriente de Europa, tal como quería el malogrado proyecto de Gorbachov. La ampliación al Este de la UE se hizo sobre un guión supervisado en Washington, según el cual el ingreso en la OTAN era la antesala de la Unión Europea.
- En cuanto la URSS dejó de ser percibida como amenaza, Europa se lanzó a la guerra. Doce días después del ingreso de Polonia, Hungría y Chequia en la OTAN, comenzó la campaña de Kosovo para acabar con Serbia como estado regional anómalo para la nueva disciplina continental. El belicismo y la manipulación mediática adquirieron en Europa niveles que se creían exclusivos de Estados Unidos. Por primera vez desde Hitler, tropas alemanas participaron, en los Balcanes, en un conflicto, y nada menos que en nombre de la prevención de nuevos Auschwitz y “genocidios”.
-En Irak la divergencia franco-alemana con Bush no impidió una colaboración en toda regla a nivel de logística, servicios secretos, torturas y centros secretos de detención de la “guerra contra el terror” que impide considerar como exclusivamente americanos asuntos como el de Guantánamo: los vuelos de la CIA atravesaron Europa desde Polonia hasta Rota, las cárceles secretas, las torturas y los secuestros implicaron complicidades de todo el mundo. Francia cedió su espacio aéreo para la campaña iraquí, los servicios secretos alemanes identificaron sobre el terreno en Bagdad los objetivos de los misiles del Pentágono y las bases alemanas fueron el principal nudo logístico de la guerra.
-En Palestina, la UE ha sido incapaz de trabajar para la creación de un Estado Palestino, sin duda la medida más eficaz contra el radicalismo islámico en todo el mundo y un imperativo moral incontestable. Por el contrario, ha ido incrementando unas relaciones privilegiadas con Israel y ha incrementado su complicidad con esa comedia que llaman “proceso de paz” en Oriente Medio, basada en el apoyo al país ocupante y agresor.
- En Afganistán, la misma Europa que durante la guerra fría protestó y se negó a participar en Vietnam, se ha volcado con decenas de miles de soldados europeos metidos allá once años en esta guerra infame de treinta que no registra protestas. Aún más: los despliegues en el cuerno de África, la intervención militar en Libia y ahora en Mali, demuestran que el intervencionismo militar europeo no es una excepción puntual sino una tendencia consolidada.
-En Oriente Medio vivimos ahora las sanciones y amenazas contra Irán. Un intervencionismo creciente en la guerra civil de Siria que contribuye claramente a hacerla más sangrienta, que usa a fondo la habitual manipulación mediática y que da por completo la espalda a toda acción diplomática. El horizonte estratégico de este intervencionismo va más allá de Siria: complicar la vida a su aliado, Irán –objeto de sanciones por la sospecha de una ambición nuclear que, convertida en hecho conocido en el caso israelí se tolera sin problemas- y de paso complicar también el aprovisionamiento energético de China.
-Y todo esto está perfectamente interiorizado en el discurso europeo de la política exterior y de seguridad. En Alemania imponer el “acceso” (Zugriff) a los recursos energéticos globales es lo que da sentido a las misiones internacionales del Bundeswehr, afirma el discurso oficial. Hoy día no hay experto y analista de cualquier “centro de estudios estratégicos” del estáblishment, de Bruselas, Berlín o Londres, que no mencione el tema como algo rutinario, dando por supuesto que el militarismo es la respuesta a los retos del siglo. Lo llaman “nuevos desafíos” y la doctrina de la OTAN los quiere contrarrestar con acciones militares “preventivas” y “proactivas”, es decir agresiones, en todo el mundo.
Es decir, y concluyendo esta lista: en su relación con EE.UU, la Unión Europea desempeña en el mundo el papel que un primer ministro australiano definió para su país en Asia: el del “ayudante del Sheriff”.
Siendo imperialista y practicando un manifiesto vasallaje hacia Estados Unidos, la actual Europa no puede ser un polo de poder independiente y autónomo en el mundo multipolar y muchos menos un polo benévolo por otras razones.
En primer lugar, como ha apuntado Samir Amin, porque Europa no puede ser unos Estados Unidos de Europa. Por un lado carece de recursos naturales comparables a los de grandes países como Estados Unidos o Rusia. Por el otro, a causa de su manifiesta falta de unidad interna, porque en Europa están presentes las tensiones y conflictos de intereses centro-periferia propios del desarrollo desigual. Europa contiene zonas y países que son Norte -Alemania y compañía- otros que son Sur -España, Italia, Portugal- y otros que son patio trasero y tercera categoría: la Europa oriental y balcánica con Grecia incluida. (1)
En segundo lugar Europa no puede ser ni siquiera una federación unitaria porque no existe un “pueblo europeo”. La identidad europea no existe ni se la espera. Haciendo un gran esfuerzo, españoles, italianos, griegos y franceses, pueden alcanzar cierta afinidad identitaria apelando a aspectos de su común tradición (ibérica, católica, la herencia latina-románica, o al mediterráneo). A partir de ahí, y como dicen los chinos, “con la perspectiva de varias generaciones”, quizá pudieran embarcarse en algo juntos hasta el punto de borrar sus diferencias. Es una cuestión de imaginación. Pero imaginar eso mismo conjuntamente con los finlandeses, los alemanes, los húngaros o los británicos, es decir metiendo juntos a mediterráneos, vikingos y hunos, es superar los límites de la fantasía más atrevida.
Y en tercer lugar, la Unión Europea no puede funcionar como proyecto que valga la pena por el motivo que todos percibimos: porque su burocracia ha tenido la osadía de pretender que un billete de banco, asistido por un sistema sanguíneo-circulatorio compuesto por intereses empresariales multinacionales generalmente dominados por países del Norte europeo, podía ser el corazón de esa identidad de fantasía.
El resultado de esa osadía ha sido una especie de monstruo del Profesor Frankestein que ha acelerado la gran desposesión de soberanía que toda Europa siente hoy. Si la democracia en las naciones europeas, en el sentido genuino de “poder del pueblo”, ya era caricatura -en unas naciones más que en otras-, ahora resulta que nuestros imperfectos parlamentos ni siquiera tienen soberanía para decidir sobre presupuestos, o que las sacrosantas constituciones deben reformarse en veinticuatro horas por dictámenes que vienen precocinados desde Bruselas o Berlín y que son decididos por instituciones, como el BCE o la Comisión, que ni siquiera son electas.
Casi todas las propuestas que no parten de la propia burocracia de Bruselas para dar un aspecto humano a este monstruo son alemanas: la canciller Merkel desde la Alemania institucional y otros con pretensiones democratizantes e incluso rebeldes proponen lo mismo: más Europa, más integración europea para superar estos defectos. Habermas y otros quieren una Europa federal que resuelva internacionalmente esa devaluación de soberanía y democracia. Quieren convocar una “Asamblea constituyente europea” de hunos, vikingos y mediterráneos. El diputado verde Daniel Cohn-Bendit propone una Europa totalmente integrada compuesta por estados nacionales reducidos a la insignificancia. Es la única manera, dice, de afrontar el pulso mundial con las potencias emergentes. De lo contrario, advierte, “la influencia de nuestra civilización de dos milenios corre el riesgo de esfumarse”. El ex ministro de exteriores, Joshka Fischer, propone dar poderes dictatoriales a la Unión Europea… Los únicos que insisten en “más Europa” como fórmula para salir del hoyo son los alemanes. Hay que recordar que históricamente el discurso europeo de Alemania ha sido siempre entendido como el de una Europa germánica con los alemanes en el papel de dominante “Herrenvolk”. Una quimera hoy manifiestamente imposible.
Así que por todas estas razones (imperialismo, falta de autonomía y recursos, desigualdad interna, ausencia de un pueblo europeo y de identidad común, y por ser un androide empresarial) esta Europa es, a la vez, imposible e inservible para los retos del siglo.
Una vez constatado esto, y recordando aquello que hace importante y necesario un proyecto europeo común (impedir la pelea secular de sus miembros), no hay más remedio que plantearse la pregunta del qué hacer.
II) De lo que se trata es de realizar una refundación ciudadana del proyecto europeo.
De puertas afuera, esa refundación debe impedir la pelea europea. El proyecto europeo no debe tener más ambición mundial que una negación: la de no contribuir al imperio. Si el proyecto europeo ha de ser imperialista, no lo queremos.
De puertas adentro el marco de esta refundación no debe ser “más Europa”, sino más soberanía popular-nacional.
Hay que dejar bien claro que el de la refundación ciudadana no es el único escenario de la actual crisis. De lo que aquí se habla es de lo que “habría que…”, no de algo que vaya a ocurrir inexorablemente. Presentimos que en Europa se está incubando una revuelta social mucho más importante de lo que hemos visto hasta ahora, pero nos encontramos en plena divisoria y tenemos datos que pesan tanto en la balanza de lo positivo y emancipatorio como de lo negativo y regresivo.
Por un lado tenemos el avance, en toda Europa, del chovinismo, la xenofobia y el desprecio por el débil y el emigrante, la ridiculización de la solidaridad y el afán de justicia (resumido en ese miserable concepto neocon que es el buenismo). Una perspectiva de la Europa parda de 1930, podríamos decir.
Por el otro lado tenemos el progreso de la protesta social y solidaria: Cuarenta sindicatos en 23 países participaron el 14 de noviembre en una “Jornada de acción y solidaridad” sin precedentes en Europa. Cotejado con el tamaño y la virulencia de la enorme involución socio-laboral que sufre el continente aquello fue poco y desigual, muy poco. Pero eso ya no es Europa 1930, sino una perspectiva 1848.
La “primavera de los pueblos” de 1848 tambaleó el orden de la restauración absolutista del Congreso de Viena. Un orden absolutista en quiebra es aquel en el que una pequeña casta que acapara el grueso del poder la riqueza y los privilegios adopta decisiones que son vistas como injustas y erradas por la gran mayoría. No se trata del popular 1% contra el 99%, pero sí de algo muy polarizado como sugiere la creciente concentración desigual de la riqueza en Europa. Eso es lo que tenemos ahora.
¿Qué quiere decir una refundación ciudadana? Quiere decir una reconquista de la esfera económica y financiera que la política ha ido cediendo al capital en las últimas décadas. La UE ha sido diseñada como una autopista de la mundialización neoliberal. Pues bien, ahora se trata de combatirla con una desmundialización ciudadana que devuelva todo eso arrebatado a la política en los últimos treinta años, como dice Bernard Cassen.
Evidentemente todo esto plantea la pregunta del cómo.
Para eso es necesario crear un Frente Popular. Una gran unión, una gran alianza y un gran encuentro entre el mundo sindical, los subproletarios emigrantes y parados, la generación sin futuro y deshauciada, la gente mayor estafada tras una vida de trabajo, los sectores religiosos e intelectuales para los que la actual involución es intolerable desde el punto de vista de los principios éticos y morales.
Es fundamental la creación de nuevas fuerzas políticas y de programas. Hacen falta líderes, personas de todos estos ámbitos que representen y sean portavoces de esta refundación – de momento por ejemplo en Catalunya no tenemos líderes obreros ni sindicales dignos de tal nombre, pero curiosamente ha aparecido una de esas personas en el ámbito más inesperado: una hermana benedictina….
Esta refundación solo puede ser (en Europa y en el mundo) internacional e internacionalista, pero, a menos que queramos disolvernos en un sueño idealista de hermandad universal, su marco solo puede ser nacional.
Esa reconquista no puede hacerse en Bruselas, con su burocracia mucho más dominada por el lobbysmo empresarial que la de los estados nacionales, ni en el irrelevante Parlamento Europeo. El ágora, el punto de encuentro y la articulación de ese Frente Popular debe lograrse desde los respectivos marcos nacionales: entre comunidades de gente cercana unida por su marco geográfico y socio-laboral, su lengua su cultura y su común identidad integradora. La experiencia de los foros mundiales, tan interesante pero al mismo tiempo tan etérea e indeterminada, da mucho que pensar. Como ha dicho hace poco Oskar Lafontaine, “La Europa democrática empieza en casa”. Este marco nacional no es sustituto ni alternativa a lo internacional, sino mas bien su condición primera. (2)
Para acabar, una reflexión sobre la violencia.
III) La Europa de hoy no es la del XIX, cuando cualquier avance social pagaba el precio de enormes cantidades de sangre y de violencia. En este continente mucho más rico, mucho más culto y demográficamente mucho más envejecido que el del siglo XIX, quien más quien menos tiene algo que perder. Eso sugiere que la no violencia popular tiene un nuevo sentido y grandes espacios a su favor.
Al mismo tiempo, la rebelión civíl y pacifica, el movimiento social transformador, no es ninguna broma postmoderna y on-line. Exige lo de siempre: compromiso, voluntad, organización y sacrificio. Y recoge represión y reacción. Es decir: hay que ser consciente de lo que significa decir no a una oligarquía absolutista.
La experiencia histórica más reciente nos avisa del enorme potencial de violencia y provocación que tiene el estáblishment. Los dos principales líderes antibelicistas del 1968 en Estados Unidos, Martin Luther King y Robert Kennedy, fueron asesinados. También lo fue el líder estudiantil más notable del 68 alemán, Rudi Dutschke, muerto de las secuelas de un atentado.
Hay que recordar también que la dictadura no es imposible ni una lejana reliquia histórica. Hace menos de cuarenta años la Europa del Sur, desde Portugal a Grecia pasando por España, estaba gobernada por dictaduras. Hace poco más de veinte toda la Europa del Este estaba gobernada por dictaduras comunistoides. Es decir: la mayor parte de Europa eran dictaduras hasta hace muy poco.
Y hay que volver a leer todo lo que expone el Profesor suizo Daniele Ganser en su libro de 2005 sobre Gladio, la cada vez más documentada evidencia de la manipulación directa del terrorismo de los años setenta y ochenta por grupos vinculados a la OTAN -los peores atentados en Italia, Bélgica y Alemania lo fueron. Volver a escuchar la opinión de algunos antiguos miembros de grupos alemanes violentos que hoy confiesan que seguramente su labor estuvo policialmente manipulada desde el principio. Analizar lo que sabemos de las protestas antiglobalización de julio de 2001 en Génova. Lo que está ocurriendo ante nuestros ojos con los apoyos policiales y empresariales a la extrema derecha griega, o lo que se ha visto en España con los indignados… (3)
Hay que tener claro que cualquier presión hacia esa necesaria desmundialización ciudadana chocará, está chocando ya, con las habituales reacciones, tramas negras, represiones, manipulaciones mediáticas y juegos sucios. Repito: hay que ser consciente de lo que significa decir no a una oligarquía.
Notas
(1) Para la exposición de Samir Amin en castellano consultar Europa vista desde el exterior (en www.mientrastanto.org)
(2) El concepto desmundialización lo emplea Bernard Cassen. En L´heure de la démondialisation est venue , Mémoire des Luttes agosto 2011.
(3) El libro de Daniele Ganser, La Operación Gladio y el terrorismo en Europa Occidental, 2005. Sobre el brutal aplastamiento de la protesta contra la cumbre de julio de 2001 en Génova ver El atropello de Génova en este Diario de Berlín.

Rafael Poch, amigo y colaborador de Sin Permiso, es el corresponsal en Berlín del periódico La Vanguardia. Este texto sigue las notas de una conferencia pronunciada el 30 de noviembre en el Centre d´estudis Cristianisme i Justicia de Barcelona.

sexta-feira, 30 de setembro de 2011

Pedido de adesão do estado Palestino à ONU é legítimo, diz Parlamento Europeu

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Taíssa Stivanin
 
Em uma resolução adotada nesta quinta-feira, o Parlamento considerou que o pedido de adesão do estado Palestino à ONU é "legítimo." O comitê de adesão do Conselho de Segurança se reúne pela primeira vez nesta sexta-feira.

Para os deputados, a União Europeia deve apoiar a demanda do presidente da Autoridade Palestina, Mahmoud Abbas. Os parlamentares também pedem que o governo israelense interrompa as construções de novos assentamentos na Cisjordânia e no leste de Jerusalém. "O Parlamento Europeu reconhece a demanda legítima dos palestinos, para se tornar um estado-membro das Nações Unidas. Reafirmamos nosso engajamento favorável à solução dos dois estados, vivendo lado a lado, em paz e em segurança."

A União Europeia, até agora, não assumiu uma posição oficial em relação ao pedido de Abbas, mas a chefe da diplomacia do bloco, Catherine Ashton, fez um apelo para que isralenses e palestinos voltem à mesa de negociações, e aceitem a proposta do Quarteto para o Oriente Médio (Estados Unidos, União Europeia, ONU e Rússia) para a retomada das negociações de paz.  O grupo sugere que o acordo final seja fechado no prazo de um ano e palestinos e israelenses definam um calendário de negociações. A proposta foi feita algumas horas depois do pedido de adesão do estado Palestino à ONU, protocolado pelo presidente da Autoridade Palestina, Mahmoud Abbas no dia 23 de setembro.

Para retomar as as discussões, os palestinos exigem a moratória da construção dos assentamentos na Cisjordânia e no leste de Jerusalém, mas os israelenses continuam instransigentes em relação à questão. Prova disso é que, na quarta-feira, um novo projeto foi lançado pela prefeitura de Jerusalém que prevê a implantação de 1100 novas casas.

A iniciativa foi criticada pela União Europeia e os Estados Unidos, mas o premiê Benjamin Netanyahu afirmou, em entrevista ao jornal Jerusalém Post, que país manterá a política de colonização nos territórios ocupados, apesar da pressão internacional. Outra exigência dos palestinos é a delimitação de um novo estado com base nas fronteiras de 1967, antes da guerra dos seis dias, incluindo Jerusalém.

Diversos dirigentes israelenses são favoráveis à adoção do plano do Quarteto, incluindo representantes da extrema-direita no país, como o chanceler Avigdor Lieberman, líder do partido Israel Beiteinu. Para especialistas da região, trata-se de uma estratégia para mostrar que os isralenses estão abertos ao diálogo, e evitar que os palestinos obtenham os nove votos necessários no Conselho de Segurança da ONU. Desta forma, os EUA seriam obrigados a usar seu poder de veto. Os palestinos afirmam ter o apoio de oito países. O comitê de adesão do Conselho se reúne pela primeira vez nesta sexta-feira.

A questão também pode ser levada à Assembleia Geral da Organização. Neste caso, se obtiverem Dois terços dos votos, os palestinos poderiam adquirir um status similar ao do Vaticano, de estado não-observador.  Nesta quinta-feira, o Parlamento Europeu adotou uma resolução onde considera que o pedido feito pelos palestinos "é legítimo", e uma solução deve ser encontrada dentro de um ano.
RFI

sexta-feira, 12 de fevereiro de 2010

EE.UU. pierde acceso a Europa


Desde los atentados de septiembre de 2001, los países de la Unión Europea habían compartido con Estados Unidos información de transferencias bancarias de ciudadanos europeos. Ayer lo reprobaron pese al lobby conservador.

Por Nicolás Nagle

Desde Bruselas, para Página/12

Desobedeciendo órdenes de los gobiernos de los estados miembro, el Parlamento Europeo rechaza un tratado de lucha antiterrorista que le permitiría a Estados Unidos continuar accediendo a información sobre transferencias bancarias.

Desde los atentados de septiembre de 2001, los países de la Unión Europea habían compartido con Estados Unidos información de transferencias bancarias de ciudadanos europeos. Según Washington, se trata de una medida esencial para rastrear el financiamiento de organizaciones terroristas y de esa forma impedir ataques. El acuerdo nunca tuvo carácter formal y el acceso a la información fue unidireccional –Estados Unidos podía ver los datos de los ciudadanos europeos pero no viceversa.

Este arreglo fue criticado por diversos europarlamentarios, ya que se hizo a puertas cerradas y de espaldas a la ciudadanía. En el pasado, Washington fue acusado de abuso de poder por la utilización indiscriminada que le daba a la información. “Estoy en contra de que organizaciones como la CIA obtengan información de los ciudadanos europeos con la excusa de estar luchando contra el terrorismo”, sostuvo un eurodiputado comunista griego.

Ayer, el Parlamento Europeo rechazó la propuesta, 378 votos contra 196. El acuerdo buscaba formalizar que Washington tuviera acceso a las transferencias bancarias realizadas por la empresa Swift con base en Bélgica. SWIFT controla las transferencias de miles de bancos, incluidas la mayoría de las bancas europeas.

Durante los días previos a la votación, hubo intentos desesperados por parte de los gobiernos europeos y autoridades estadounidenses por cambiar la tendencia. La secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton hizo una visita urgente a Bruselas para presionar a los eurodiputados para que votaran a favor del tratado.

Entre los países miembro, la amplia mayoría apoyaba el tratado. No tanto por miedo a los terroristas sino por temor a perder el favor de Washington. El acuerdo era defendido mayoritariamente por los partidos conservadores europeos, que temían que un voto negativo afectara las relaciones transatlánticas. Sin embargo, incluso el gobierno de centro-izquierda de José Luis Rodríguez Zapatero –quien actualmente ocupa la presidencia rotativa de la UE– hizo todo lo posible para que saliera el acuerdo. Es que la mayor parte de los gobiernos europeos se habían inclinado ante las masivas presiones provenientes de Washington.

El presidente conservador de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, también había tratado desesperadamente de vender el acuerdo a los europarlamentarios y a la opinión pública aduciendo que se trataba de un mecanismo fundamental para la lucha antiterrorista.

La conservadora sueca Ceclia Malmström, actual comisaria de Asuntos Europeos, hizo un último intento por salvar el tratado –intentando aplazar la votación–, pero sin éxito.

En noviembre de 2009 los ministros de Interior europeos habían aprobado el acuerdo de manera interina. Bajo presión de Washington, se buscaba la aprobación del tratado antes de que el Tratado de Lisboa entrara en vigor –lo cual le daría poder de decisión al Parlamento Europeo–, algo que Estados Unidos quería evitar.

Ahora, luego del rechazo por parte del Parlamento Europeo, lo acordado anteriormente pierde validez. Muchos líderes en Bruselas han comenzado a replantearse el alcance de las reformas establecidas por el Tratado de Lisboa. Entre otros cambios, el tratado que entró en vigor el 1º de enero del 2010 le aumenta sustancialmente los poderes al Parlamento Europeo, el órgano legislativo de la UE.

Como única institución elegida directamente por votación popular, el Parlamento Europeo tiene mayor legitimidad ante la ciudadanía europea en relación con otros órganos de la UE. El hecho de que los europarlamentarios sean elegidos por sufragio universal marca una diferencia sustancial frente a la Comisión y el Consejo cuyos miembros son elegidos a puertas cerradas. También el hecho de que los europarlamentarios sean directamente responsables ante la ciudadanía los vuelve más sensibles a la opinión de la población y menos susceptibles a las presiones de Washington y otros intereses.

La decisión ha dejado a los jefes de Estado de los países miembro furiosos y temerosos por el giro inesperado de los acontecimientos y por el creciente rol del Parlamento Europeo.

segunda-feira, 27 de julho de 2009

Una prostituta asegura que Berlusconi le prometió una banca en el Parlamento europeo


ROMA (ANSA)-. La prostituta de lujo Patrizia D´Addario reveló a un periódico europeo que el premier italiano Silvio Berlusconi le había ofrecido un escaño en el Parlamento Europeo.

"Berlusconi me ofreció una banca de diputada europea", declaró la acompañante al Journal du Dimanche.

En la entrevista al semanario francés, D´Addario no dice haber hablado directamente de política con Berlusconi, pero afirma que Giampaolo Tarantini, el manager que la había puesto en contacto con el premier, le pidió el currículum que servía, según le habría explicado Tarantini, para proponer su candidatura al Parlamento europeo.

En The Times, Josephine McKenna también escribió sobre el ofrecimiento de un escaño en el Parlamento Europeo, propuesta que la prostituta habría rechazado.

"Si Berlusconi hubiese mantenido la promesa yo hoy sería feliz, pero esto no sucedió", dijo.

El artículo recuerda las polémicas que siguieron a las propuestas electorales que Berlusconi hizo a inicios del año a varias "show girls" y las protestas desencadenadas por la intervención de su esposa, Verónica Lario.

La Nacion