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Nouriel Roubini, el "gurú" del sistema que se hizo famoso prediciendo la crisis de 2008, concedió recientemente una entrevista televisada al Wall Street Journal. Los compañeros de alternet.org se tomaron la molestia de transcribir el curioso fragmento que a continuación, traducido al castellano, reproducimos en SP.
Wall Street Journal: Usted pintó una imagen sombría del crecimiento económicobajo par en curso, con creciente riesgo de otra recesión a la vuelta de la esquina. Eso suena terrible. ¿Qué puede hacer el gobierno y qué pueden hacer las empresas para volver a encarrilar la economía, o se trata simplemenete de sentarse y esperar la tormenta?
Roubini: Las empresas no están haciendo nada. No están sirviendo de ayuda. Todo este riesgo no hace sino ponerlas más nerviosas. Tiene su lado bueno esperar. Dicen que están haciendo recortes porque hay exceso de capacidad y que no contratan a trabajadores porque no hay suficiente demanda final, pero hay una paradoja aquí. Si no estás contratando trabajadores, no habrá suficientes ingresos salariales, suficiente confianza en los consumidores, suficiente consumo, no habrá suficiente demanda final. En los últimos dos o tres años hemos experimentado un genuino empeoramiento porque hemos asistido a una radical redistribución del ingreso desde el trabajo hacia el capital, desde los salarios hacia los beneficios, y la desigualdad de ingresos ha crecido y la propensión marginal al gasto de un hogar es mayor que la propensión marginal de una empresa, porque, si comparamos empresas con hogares, éstos últimos tienen más propensión al ahorro. De modo que la redistribución del ingreso y de la riqueza empeora el problema de la inadecuada demanda agregada.
Karl Marx llevaba razón. Llegado a cierto punto, el capitalismo puede destruirse a sí mismo. No puedes perseverar en el desplazamiento de ingresos del trabajo al capital sin tener un exceso de capacidad y una falta de demanda agregada. Y eso es lo que ha ocurrido. Pensábamos que los mercados funcionaban. Pues no están funcionando. El individuo puede ser racional. La empresas, para sobrevivir y salir adelante, puede abaratar más y más los costes del trabajo, pero los costes del trabajo son los ingresos y el consumo de algún otro. Por eso es un proceso autodestructivo.
Nouriel Roubini es profesor de economía en la New York University
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