También los vecinos consagran las primarias
En un gesto que refleja el impacto regional de la diferencia en las primarias entre la Presidenta y quien la siguió, la saludaron Dilma Rousseff, Evo Morales, Rafael Correa, Juan Manuel Santos, Hugo Chávez y Pepe Mujica.
Por Martín Granovsky, para Página/12
Mientras la economía alemana crecía menos de lo esperado y la pareja Nicolás Sarkozy-Angela Merkel proponía un cinturón de castidad forjado en hierro macizo para el gasto fiscal de cada país de Europa, incluyendo reformas constitucionales, Cristina Fernández de Kirchner recibió felicitaciones de sus colegas. La cantidad y diversidad de llamados puede deberse a una interpretación común: quizá también ellos piensen que el 50,7 por ciento obtenido por CFK el domingo y la diferencia de casi 38 puntos sobre el segundo son dos datos que ya adelantaron, de hecho, las presidenciales del 23 de octubre. Si no, ¿por qué levantar el teléfono por una primaria?
En diálogo con Víctor Hugo Morales por radio (ver aparte), Mujica retomó ese argumento. “Tenemos bancos que los manejan los Estados de la región (con los que) podremos golpear algunas puertas y administrar cualquier crisis que nos pueda caer”, dijo el presidente uruguayo.
Funcionarios del gobierno argentino que pidieron reserva de su identidad revelaron una frase de la conversación de la brasileña Dilma Rousseff: “Felicitaciones para vos, Cristina. Me puse muy feliz cuando vi los resultados”. Rousseff había sido mencionada por Cristina Kirchner el lunes como “presidenta y compañera”.
Otro de los recordados el lunes, el colombiano Juan Manuel Santos, llamó a Cristina Kirchner para saludarla. Se adelantó, porque la verá mañana en su primera visita oficial a la Argentina desde que asumió la presidencia, el 7 de agosto de 2010 (ver recuadro). CFK citó a Santos cuando indicó, confirmando la primicia de este diario, que fue el presidente de Colombia quien el 28 de julio último en Lima sugirió discutir a fondo la crisis financiera mundial. Colombia coloca el 40 por ciento de sus exportaciones en los Estados Unidos.
También saludó el boliviano Evo Morales. Y lo mismo el ecuatoriano Rafael Correa.
Cristina Kirchner se encontrará mañana con el paraguayo Fernando Lugo por video desde un stand de Tecnópolis. Anunciarán la obra de Aña Cuá, complementaria de Yacyretá.
El venezolano Hugo Chávez ya había puesto un tweet en @cha vezcandanga, su cuenta, el mismo domingo de las primarias: “Bravo querida Cristina! Bravo! Viva Néstor! Viva Argentina! Desde Caracas, contigo, con Uds, con la Patria Argentina!”. La Presidencia de Venezuela informó, en varios tweets separados, que “Presidente Chávez felicitó a su homóloga Argentina (CFK) por la contundente victoria electoral” el lunes por la mañana. “Chávez manifestó a Cristina Fernández su felicidad por encontrarse de nuevo en Venezuela, tras cumplir con la segunda etapa de quimioterapia”, dice otro texto. Y sigue la secuencia: “Se refirió el comandante Chávez a que en Cuba constató científicamente la positiva evolución del proceso de recuperación plena de su salud”. Expresa el comunicado de Cancillería venezolana que “la presidenta Cristina (Fernández) recibió con emoción esta grata noticia”. La mandataria argentina “reiteró al presidente Chávez sus mejores deseos de pronto reestablecimiento. Insistió la presidenta Cristina al comandante Chávez en la necesidad de no perder de vista el cuidado de su salud. Fernández y Chávez coincidieron en que los Pueblos de Nuestra América han escogido, definitivamente, la senda de la soberanía y la justicia. Los presidentes se mostraron satisfechos con los avances en las reuniones de Unasur (arquitectura financiera regional propia e independiente)”.
Los ministros de Economía y los presidentes de los bancos centrales se reunieron el viernes último en Buenos Aires para discutir el uso del monto de reservas en eventuales salvatajes de un vecino en aprietos y se comprometieron a intensificar el comercio regional sin pasar por el dólar. El anfitrión fue Amado Boudou, ministro de Economía a punto entonces de ser consagrado candidato a la vicepresidencia por el oficialismo. La secretaria general de la Unasur, María Emma Mejía, que ayer visitó a Chávez en Caracas, trabajó junto al ex consejero de Néstor Kirchner en la Unasur, Rafael Follonier, que sigue cerca de la Presidenta. Y el ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Timerman, prepara, como mínimo, dos iniciativas regionales con vencimiento inmediato. El 24, la reunión de cancilleres de la Unasur en Buenos Aires. Y el 29 de agosto, el encuentro Cristina-Mujica durante la inauguración del tren que cruzará el Uruguay desde Concordia.
El 29 de julio último, en Brasilia, delante de las presidentas argentina y brasileña, Lula dijo que cambiaría de residencia para votar por Cristina Kirchner. Un gesto fuerte para quien tiene buenas relaciones personales con Eduardo Duhalde (de cuando el ex presidente encabezó el Mercosur a comienzos del gobierno de Néstor Kirchner), con Ricardo Alfonsín por la transferencia de cariño que Lula siente por su padre y con Hermes Binner por la relación orgánica entre el Partido Socialista y el Partido de los Trabajadores.
Los jefes de Estado y los ex suelen sentirse cómodos cuando tienen vecinos estables, y más aún si la afinidad es política y personal, como en el caso de Brasil y la Argentina.
Al frente de la principal economía de Sudamérica, Dilma acaba de afirmar al semanario Carta Capital que no tolerará la corrupción por motivos éticos y de eficiencia, pero tampoco admitirá que algunos medios pauten sus temas de preocupación. Y dio mucha importancia al mundo. Criticó lo que definió como “penalización” después de años de oferta de créditos y productos por parte de las economías centrales y citó al economista Luiz Gonzaga Belluzzo, uno de sus entrevistadores, al recordar que Europa y los Estados Unidos “intentan responder a la crisis con aquello que la provocó”. Una encuesta de CNT/Census indicó que Dilma goza de una aprobación personal del 70 por ciento.
Cristina Kirchner dijo el lunes que ella y la presidenta brasileña coordinarán posiciones comunes antes de la reunión del Grupo de los 20 en Cannes, en noviembre próximo.
Al mismo tiempo que acordaban un cepo para el déficit fiscal de las economías europeas, el francés Sarkozy y la alemana Merkel arreglaron ayer instaurar un impuesto a las transacciones financieras. Hasta ahora la insistencia en tomar medidas contra la volatilidad de los capitales era una propuesta de los países emergentes.
martin.granovsky@gmail.com
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