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sexta-feira, 9 de julho de 2010

A lei da selva


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Os ruralistas são campeões do fato consumado. Primeiro, estrategicamente, desobedecem a lei. Depois, trabalham para que ela seja alterada. E ainda se queixam do MST e pedem segurança jurídica. Esse novo Código Florestal, defendido pelo relator do projeto, o parlamentar ruralista Aldo Rebelo, se aprovado, será um extraordinário retrocesso. Tem muito água para rolar antes de isso acontecer: aprovação pelo plenário da Câmara, Senado e sanção do presidente. Por enquanto, é uma manobra eleitoral, politicagem pura e assustadora. A legislação atual precisa ser melhorada? Certamente. A proposta aprovada pela tal Comissão Especial traz melhorias? Pouquíssimas. A malandragem é muito grande.
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Artigo de Juremir Machado da Silva publicado no Correio do Povo em 09 de julho de 2010.
Leia o texto completo AQUI.

sexta-feira, 2 de julho de 2010

FRASES


“Ontem (anteontem), foi apresentado nosso Índio para a vice-presidência, um homem jovem, preparado, com experiência, que vai crescer muito e ter muito responsabilidade (...) Tem uma namorada e, me disse por telefone, ‘não tenho amantes’. Eu até disse, também não precisa exagerar. O que tem que ser é uma coisa discreta.”

Candidato José Serra, para uma platéia de "ruralistas"

Comentário do Blog: Pelo menos a campanha de Serra não terá somente caciques, conforme já vinham comentando por aí.

segunda-feira, 24 de agosto de 2009

ATENÇÃO PARA O PROJETO DE LEI 154/2009!


Esse Projeto de Lei foi criado pela Comissão de Agricultura, Pecuária e Cooperativismo da Assembléia Legislativa do Rio Grande do Sul e dispõe sobre o Código Estadual do Meio Ambiente e dá outras providências.

Segundo o vereador de Porto Alegre Beto Moesch 'Esse trabalho (Projeto de Lei) não é desinteressado. É preciso um olhar muito cuidadoso para descobrir o que foi feito no PL', apontou. Ele ainda questiona a revogação de diversos trechos do código, como o XV, que trata da proteção à Mata Atlântica, bem como a revogação do inciso que proíbe propaganda de produtos danosos ao meio ambiente e à saúde. Ele destaca que a legislação não tem apenas caráter repressivo mas, também, de fomento. 'O produtor que polui menos deveria ser recompensado por isso', concluiu.

Ainda segundo o vereador 'O Código Estadual do Meio Ambiente nasceu de um debate histórico e plural que durou dez anos, com participação de todos os segmentos da sociedade. Como a Assembleia vai rasgar isso? Seria um tapa na democracia. Além disso, não entendo por que a Comissão de Saúde e Meio Ambiente, que tem competência estatutária para lidar com o assunto, não foi chamada'.

Acesse esse Projeto de Lei AQUI.

terça-feira, 28 de julho de 2009

QUEM MANDA NA ARGENTINA


PATRONES DE ESTANCIA

Por Fernando Krakowiak, para Página/12

Los dirigentes de la Mesa de Enlace dejaron entrever ayer una singular idea sobre lo que entienden por “diálogo” al afirmar que esperan que el Gobierno apruebe el listado de exigencias que llevarán el viernes a la reunión con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. Sienten que luego de las elecciones legislativas quedaron en una posición inmejorable y no quieren dejar pasar la oportunidad. “Nos decían que les ganemos en las urnas y les ganamos. ¿Que nos queda por ganar? El problema es que nadie de la oposición se hizo cargo. La pelota está picando y hay que agarrarla antes de que la agarren los Kirchner”, afirmó ayer el titular de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, metiéndole presión a los partidos políticos aliados ante un auditorio de productores enfervorizados que se regodeaban con cada crítica al oficialismo y subían la apuesta a los gritos: “Hay que sacarlos”, “que se vayan”, “ladrones”, “tienen que ir presos”, “el viernes hay que ir con el cuchillo bajo el poncho”.

En el escenario del Pabellón Rojo de La Rural, los dirigentes de las entidades sonreían ante cada comentario del público y se iban entusiasmando cada vez más. “No hay margen para que esto sea más cosmética y más maquillaje. Ni ellos tienen margen político ni nosotros tenemos la disposición a una tolerancia indefinida”, sostuvo Eduardo Buzzi, quien ni siquiera tuvo piedad con los gestos conciliadores que viene haciendo el gobernador bonaerense, Daniel Scioli. “No hay margen para que vengan a querer reconciliarse con una visita como hizo Scioli. Recién hoy (por ayer) le va a explicar a la Presidenta. ¿Donde estaba durante todo este tiempo?”, remarcó el presidente de Federación Agraria, pese a que desde las elecciones no paró de criticar al Gobierno por “no escuchar el mensaje de las urnas”.

El vicepresidente de Confederaciones Rurales y diputado electo por la Coalición Cívica y Social, Ricardo Buryaille, también se acordó de Scioli. “Yo nunca confundí un travesti con una mujer. Por eso les pido que no confundamos el travestismo político con lo que realmente es. Yo lo quisiera tener como compañero de truco porque no sé si miente ahora o mentía antes. No se le mueve un músculo”, remató e hizo silencio para darles lugar a los silbidos.

Por si algún desprevenido no había entendido el mensaje, Llambías reiteró el ultimátum que llevarán a la reunión con el Gobierno. “El jefe de Gabinete, la Presidenta y todos los funcionarios tienen que saber que el campo va el viernes a encontrar soluciones. No queremos más demoras.” Luego la emprendió contra Néstor Kirchner. Durante la campaña electoral, el ex presidente había tildado a los ruralistas de “hijos de Martínez de Hoz” y Llambías se vio en la obligación de aclarar que él no había sentido esa calificación como una ofensa. “Martínez de Hoz fue uno de los fundadores de la Sociedad Rural Argentina y merece el mayor de mis respetos”, aseguró en referencia al bisabuelo de José Alfredo, ministro de Economía de la última dictadura militar. Los presentes en la sala agradecieron el gesto con una ovación.

Luego de la catarsis colectiva, los ruralistas detallaron su pliego de condiciones. Exigen retenciones cero para todas las producciones agropecuarias, menos para la soja, donde están dispuestos a aceptar un 25 por ciento, aunque sólo para los grandes empresarios. Van a pedir que a los que producen hasta 700 toneladas les den un bono por un monto equivalente a las retenciones que podrían aplicar al pago de cualquier obligación impositiva, mientras que los que producen hasta 1500 toneladas obtendrían otro bono para ser destinado al pago de Ganancias. Además, dijeron que su intención es que ese 25 por ciento sea sólo coyuntural, hasta que el Gobierno encuentre otra vía de financiamiento. La lista de reclamos también incluye un pedido de liberación de precios y de exportaciones.

Parece una apuesta de máxima, pero “las bases” que estaban presentes en el acto lo consideraron insuficiente y comenzaron con los silbidos y los abucheos apenas sus representantes mencionaron la palabra bono. En ese momento tomó la posta Carlos Garetto, presidente de la supuestamente moderada Coninagro. “Las retenciones son el impuesto más recesivo y más confiscatorio del país. No existe en ningún lugar del mundo (sic), pero lo que estamos planteando es una eliminación gradual que no afecte el equilibrio fiscal”, remarcó ante los chacareros más fanáticos que por un momento miraron a los dirigentes como si fueran traidores a la patria. Entonces fue el turno de Buzzi, quien también consideró necesario congraciarse con los presentes en la sala. “Las retenciones a la Federación Agraria tampoco le gustan, pero van a quedar al menos otros tres años. Por lo tanto, lo que hay que hacer es condicionarlas, acotarlas y ponerles fecha de vencimiento. La aspiración de todos nosotros es retenciones cero”, afirmó como si fuera el presidente de la Sociedad Rural.

Los empresarios le apuntaron luego a la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) que ven como la máxima expresión del “intervencionismo estatal”. “Queremos que la Oncca vuelva a cumplir sus funciones originales de fiscalización, sino no hay ninguna posibilidad de llegar a un acuerdo”, dijo Biolcati. Enseguida Ricardo Buryaille fue más allá y sostuvo que la Oncca debería cumplir “funciones estadísticas, si es que sirve de algo”.

En todo momento, los ruralistas dejaron entrever que no confían en la convocatoria oficial y que sus fichas están puestas en el Congreso. De hecho, las exigencias que llevarán el viernes están armadas casi para que les digan que no y entonces seguir con la vía parlamentaria sin cargar con el peso de haber desconocido el diálogo. De otro modo, resulta difícil entender el planteo que formularon ayer al remarcar que no aceptaran contraofertas. Incluso mingunearon la convocatoria al Consejo Económico y Social diciendo que no les gusta que los lleven “a los empujones” a lugares que no saben para qué sirven.

El cierre del acto estuvo a cargo de Santiago Kovadloff, quien se mostró a tono con los discursos que lo precedieron. “El oficialismo no aspira a cambiar sino a camuflar su resistencia al cambio. Cede en apariencia, pero no en la realidad porque lo que busca es desquite”, sostuvo. “Ya nadie consciente de los dilemas de la Argentina se atreve a reclamar el liderazgo de un hombre providencial. Tal vez el pluralismo nos quede grande, pero el caudillismo nos queda chico. Por eso la Argentina de hoy está mejor preparada para enfrentar la crisis. Votó para probar que sabe lo que busca. Votó para que su exigencia se convierta en realidad”, afirmó el filósofo para el deleite de “las bases” que se regodeaban pensando en lo que vendrá.

fkrakowiak@pagina12.com.ar

quarta-feira, 16 de julho de 2008

ARGENTINA EM CRISE


Hay pañuelo, chori, boina y rayban

En Palermo, ayer a la tarde, la puta oligarquía estaba bastante rara. Pienso que no me tengo que dejar llevar por prejuicios.

Martín Caparrós

16.07.2008

Primero pienso que no recuerdo haber visto nunca tanto mocasín, tanto pulóver sobre los hombros en una manifestación. Después pienso que no me tengo que dejar llevar por los prejuicios. Después pienso que en Congreso me encontraría más amigos. Después, que eso no es un parámetro político. (Pero es cierto que me encantaría estar en Congreso creyendo que pongo el pecho para detener a la puta oligarquía que llama al golpe para acabar con el proceso de cambio que está viviendo la Argentina. Si sólo pudiera creerlo, sería casi feliz.)

Acá, en Palermo, esta tarde, la puta oligarquía está bastante rara. Son las tres de la tarde, raya el sol: columnas sindicales pasan tocando bombo entre camperos. Hay banderas de la Sociedad Rural azul y blancas, bandadas de cinturones cuero crudo, sindicatos con Perón y Evita, un núcleo fuerte de banderas rojas, bombachos nuevos bien cardón cosas nuestras, pobres con bolsas y bebitos mocosos, barriles y barriles de tintura rubia, rayban de free shop, rayban falsos del Once, pañuelitos al cuello, esas caras que sólo generaciones de dinero saben construir.

–¡Ya somos más de trescientos mil! Quien quiera oír que oiga, quien quiera ver que vea…
Grita el locutor, y no sé si sabe o no sabe que está citando a Eva Duarte –si quiere apropiársela, o si ella se apropió de él. En todo caso, ya a esta hora, la cantidad de personas es impresionante. Hay dos o tres cuadras de Libertador llenas de gente muy pegada, compacta, amontonada: parece mucha gente. Después, otras seis o siete cuadras de gente más relax, en grupitos que charlan.

–Ay Nacho qué gusto verte acá.
–Pero cómo iba a faltar, Mercedes.
–Sí, ¿no? Éste es nuestro lugar.

En una tarima, a un costado de Libertador, una banda de doce vientos y tambores con overoles, cascos blancos, pieles oscuras y una vaca de plástico, toca Matador.

–¿De dónde sos?
Le pregunto a un trompeta.
–Yo, de Corrientes.
–¿Y todos se vinieron desde ahí?
–No, yo soy de ahí, pero vivo acá.
Le explico que yo quería preguntarle de qué grupo o sindicato era.
–Ah, no sé, a nosotros nos contrataron para tocar acá.
Al fondo de la tarima hay una bandera argentina y peronista que dice Sindicato Carne GBA.
–¿Y cuánto les pagaron?
–No, ni idea.
Me dice, y llega un señor del sindicato que me dice que no, que no les pagaron ni un peso, que vinieron gratis. Yo le digo que claro, muchas gracias.

–Si éste no es el pueblo, ¿el pueblo donde está?
Cantan señoras y señores levemente enfervorizados, y desde los balcones de los pisos de Libertador saludan y tiran papelitos.
–Si éste no es el pueblo, ¿el pueblo dónde está?
Insisten, gritan. Es curioso que una pregunta lleve tanto tiempo planteada sin que nadie consiga contestarla.

El sol sigue, sigue llegando gente, la masa se compacta. El olor a chori, que debe ser uno de los tres o cuatro olores de la Patria, se enrosca y enriquece. Por suerte esto está lleno de personas que me dicen cómo tengo que hacer mi trabajo: anotá, contá todo esto, decí la verdad, che, a ver si por una vez no mienten, contá bien uno por uno vas a ver que somos un montón, por qué no entrevistás a aquél, ese señor de anteojos.

–Yo soy del campo, claro que soy del campo.
–¿Cuánto campo tiene?
–No importa, tengo unos cientos de hectáreas en Pehuajó. Pero te digo que cuando se me inundaron nadie me ayudó. ¿El Estado dónde estaba entonces?

El señor boina verde mayor y muy sereno sentado en un banquito me dice que su campo no se lo robó a nadie, que lo heredó, que es radical como su padre y que no va a permitir que estos hijos de mil putas le afanen a mano armada lo que se gana trabajando.
–A mí nadie me da nada, así que lo que yo gano me corresponde, ¿no?
Es una frase casi stándard: me la repetirán diez, quince, quichicientas veces.
–Ya se van a enterar de que la dignidad del campo argentino no se compra ni se vende.
Grita el locutor.
–Se va a acabar, se va a acabar, la dictadura de los K.
Grita un grupito de jóvenes a mi alrededor: llevan corbatas. Estos deben ser los del golpe. Les pregunto, me dicen que son de la Juventud Radical, y siguen con eso de la dictadura. Pero la media de edad es importante: creo que nunca vi una manifestación con tantos viejos.

–¿Sabés lo que trabajamos nosotros para que ustedes tengan estos parques, estas avenidas?
Me dice un grandote tipo chacarero con un pañuelo medio gastado al cuello y panza bien provista.
–Yo soy de Córdoba, para nosotros venirnos hasta acá es un problema, no sabés lo que nos cuesta dejar aquello, meternos en estas calles, todo este quilombo.
–¿Seguro que no les gusta un poco?
–¿Qué nos puede gustar?
–Bueno, esto de entrar en la ciudad, imponer su presencia.
El hombre está al borde de sonreír pero sabe contenerse a tiempo: son tantos años de gauchesca. –¿Te parece?

Chicos y chicas de izquierda ofrecen periódicos de izquierda a señoras muy puestas que se dan esos besitos cuidadosos, historia de no arruinarse el maquillaje. Las señoras los miran y alguna incluso les contesta no gracias. Todo el tiempo se oye mucho perdón disculpe permiso gracias por favor. Ser amables también marca diferencias de clase.
–¿Y no les da cosita?
–Sí, qué sé yo, digamos que es una experiencia antropológica interesante. Dice, y se ríe nerviosa.
La pecosa tiene veintipico y llegó de Córdoba esta mañana con sus compañeros del Partido Socialista de los Trabajadores. Dice que sí, que por momentos le resulta raro estar acá pero que lo discutieron mucho y decidieron que tenían que venir, que están a favor de las retenciones pero no le creen una palabra al gobierno cuando dice que las van a usar para redistribuir, y que vale la pena apoyar a los pequeños productores.
–La izquierda se está quedando afuera, como siempre, y al quedarse afuera le hace el juego al gobierno. Nosotros creemos que hay que estar, creemos que también hay que pelear por la clase media. Nuestra clase media es inconstante, a veces se bandea a la derecha, a veces a la izquierda, y es importante tratar de traerla para nuestro lado.
Dice, y de algún modo –el tono, la sonrisa– se sigue disculpando.

Hay boinas pampa y gorritos de béisbol: alguna vez se van a transformar en símbolos de algo. La boina hiperlocal, folclórica, que los muchachos más o menos ricos usan para mostrar su apego a viejas tradiciones de la tieya; el gorrito hiperglobal, contemporáneo, que los muchachos más o menos pobres usan para formar parte de algún mundo.
–Como dice Buzzi: a unos nos sacan y a otros no les dan. Eso es lo que hace el gobierno con la guita. Mirá a estos pobres tipos acá, les siguen dando 150 pesos por mes, como hace cinco años. Es una inmoralidad, hermano, una vergüenza.
Me dice un cincuentón Federación Agraria de Reconquista, Santa Fe, parado al lado de un grupo piquetero. Después me da la mano y me deja mormoso. Es feo que te puteen los que te gustan; peor es que te feliciten los que no:
–Vamos, che, tienen que seguir pegando, no me aflojen.

Pero una rubia mucha papa en la boca, naricita respingo, sombrero, escarapela, me mira atravesado:
–¿Y éste qué hace acá?
Dice, con siglos de desprecio, y me llena el corazón de gozo.
Así está todo, tan confuso.

–¡Hemos juntado quinientas mil personas!
Grita el locutor y todos gritan y aplauden como si le creyeran.
–Argentina, Argentina.
Gritan miles: supongo que seguimos ganando.

Dos golden retrievers con pañuelos patrios dan saltitos. Más allá, un cartel en la punta de un palo: “Somos la tierra y su paisaje. Somos imborrables”. Debe ser bonito tener tanta certeza. ¿Tienen tanta?

–Yo los voté, los apoyaba, pero así como los voté ahora los desvoto.
Me dice una señora de cincuenta clase media porteña modelo Caballito, y me dice que no tiene nada que ver con el campo pero vino para pararle los pies a los del gobierno, que qué carajo se han creído.
–Yo no discuto las retenciones. Discuto que las hayan hecho así de mal, que sea gente que no sabe lo que hace, que no son estadistas, que las van de compadritos.
–Dale, escribí que estamos hartos de que nos saquen lo que es nuestro. Lo que es nuestro, entendés. Escribilo, dale, a ver si te animás.

Están por empezar los discursos, y el locutor habla de Nuestra Señora de Luján, patrona de la Patria:
–¡Un gran aplauso para la Virgen!
Pide el locutor, pero el aplauso es mucho más quedo que el de hace unos minutos, cuando anunció que habían llegado Buzzi y De Angeli. Y entonces el locutor pide al Padre Todopoderoso Misericordioso que en su inmensa bondad nos ha dado esta tierra y estas riquezas que proteja a nuestra Patria e ilumine a los legisladores, y empieza una oración que dice Jesucristo Señor de la Historia. Casi nadie, en mis alrededores, la repite. Me sorprendo, casi me ilusiono. Pero después dice Dios te salve María llena eres y muchos lo corean. El ateísmo nos duró poquito. Detrás de la señora del Monumento se va poniendo el sol. Miles y miles gritan Alfredo, Alfredo.
–En qué lío me metí.
Dice, desde el palco, voz de trinchera campechana, Alfredo De Angeli, y los miles y miles se le ríen.
–¿Qué quieren que les diga?
Dice, y empiezan los discursos.

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