La fallida subasta de los bonos alemanes, y la Eurozona en vías de implosión
Mike Whitney · · · ·
Diríase que estamos prisioneros de uno de esos vínculos de retroalimentación positiva que casi siempre presagian un colapso.– Michael Pettis, China Financial Markets
La “fallida” subasta de bonos alemanes el pasado miércoles (23-11-2011) fue un verdadero y real punto de inflexión. Significa que la mayor y más poderosa economía de Europa no escapará al contagio que está arrastrando al sur. Los costes del endeudamiento alemán crecerán, y sus finanzas se pondrán bajo la lupa. Pero eso es sólo la mitad del asunto. Lo que está moviendo a los mercados es que los inversores están ahora mismo ponderando la probabilidad de una caída de la eurozona. De aquí la conmoción; el escenario de pesadilla está comenzando a abrirse paso.
Estos son los hechos: de los 6 mil millones de euros ofrecidos en la subasta del miércoles, sólo se consiguieron colocarse 3,6 mil millones, dejando al Bundesbank con los restantes 2,4, que es el 39% del total ofrecido, la mayor proporción jamás registrada.
La subasta fue, en palabras de uno de los agentes de comercio financiero, “un completo desastre”, sobre todo por lo que revelaba: Alemania ha dejado de ser el puerto seguro que tantos pensaban. La deuda alemana se ha convertido de la noche a la mañana en un “activo de riesgo”, como la de Grecia o la de Italia (aunque en grado menor). Los inversores están huyendo todos de Europa y moviendo su dinero hacia los valores de máxima seguridad y la deuda pública estadounidenses. Echen un vistazo a este texto del Wall Street Journal:
“Los dirigentes de la Eurozona dicen estar determinados a salvar la moneda común. Pero el dinero inteligente está poniendo pies en polvorosa. Primero, se cerraron efectivamente los mercados de financiación a corto plazo con dólares; luego, cayeron los mercados de bonos viejos no asegurados; luego, el mercado interbancario. Ahora, los clientes empresariales parecen estar retirando sus depósitos de los bancos de algunos países. Con un volumen de financiación estimado de 1,7 billones de euros para los próximos tres años, las tensiones en el sistema bancario de la Eurozona parecen condenados a ir a peor…
“Si los dirigentes de la Eurozona son serios cuando dicen querer salvar el euro, tienen que buscar formas de convencer al dinero inteligente para que se quede.” (“Europe’s Smart Money Votes With Its Feet”, Wall Street Journal)
Así pues, lo que la Eurozona está experimentando es un pánico bancario: sólo que, hasta ahora, el grueso del dinero se había limitado a ir de los países más débiles a los más fuertes. Y eso es lo que está empezando a cambiar ahora. Pero no se engañen; el problema no es la ratio entre la deuda pública y el PIB de Alemania, ni sus perspectivas de futuro. El problema es que está atada a otras deudas soberanas tambaleantes en un pacto suicida de moneda común. Y no hay forma de desligarse. Un extracto del Guardian:
“Los inversores globales se lanzaron a salir de la Eurozona el pasado martes luego de que los dirigentes de las tres mayores economías del área destruyeran cualquier esperanza marginal que pudieran poner los mercados en la masiva intervención del BCE para resolver la crisis de deuda soberana…
“Angela Merkel descartó una vez más cualquier posibilidad de que el BCE juegue un papel mayor y echó por tierra las propuestas de unos ‘eurobonos’ que mutualizaran los riesgos de la deuda soberana de la Eurozona. El BCE, dijo, sólo debe ocuparse de la política monetaria…
“La única concesión de Merkel … fue decir que el lanzamiento del fondo de rescate de la Eurozona, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, podría ayudar a resolver la crisis inmediata… Reiteró su idea, expresada en el Bundestag un día antes, de que los eurobonos o la colectivización del riesgo soberano no eran ‘ni necesarios ni adecuados”, y sólo podrían funcionar en una ulterior etapa de la unión fiscal.” (“Fear sweeps markets as Germany rules out ECB intervention”, The Guardian.)
La negativa de Merkel a los eurobonos y a las trasferencias fiscales es una sentencia de muerte para la Eurozona. También se niega a permitir que el BCE actúe como prestamista de último recurso, lo que frenaría la huída de los bonos públicos. He aquí lo que declaró al Financial Times un veterano trader de un banco estadounidense:
“Lo que ahora estamos viendo son fondos y clientes deseosos de huir de cualquier cosa denominada en euros y que incluya bonos, porque no saben qué pasará con la unión monetaria.”
¿Lo ven? Ya puede ser Alemania una potencia económica y tener su casa en orden (económicamente), que eso no cuenta para nada, si sigue la fuga de capitales. Tendrá que enfrentarse a los mismos costes devastadores que los demás.
¿Cuál es, pues, la solución?
En verdad, hay sólo dos opciones: o ir rápidamente hacia la integración política y fiscal total (unos EEUU de Europa), o desechar completamente el europroyecto y disolver la unión. Si quienes toman decisiones políticas siguen mareando la perdiz, entonces el mercado impondrá su propia solución, lo que traerá consigo una catarata de quiebras bancarias y empresariales, un desempleo disparado, una agónica deflación y una década de gravísima depresión.
¿Hay alguna posibilidad de que la crisis de la deuda europea termine de una manera positiva? Así respondió a esta pregunta el otro día el gran economista James Galbraith:
“No, no lo creo. Para que esto terminara mínimamente bien, tendría que producirse un cambio radical en las ideas que actualmente imperan en Europa. Habría que tener un sentido mucho más grande de solidaridad, una mayor disposición a derivar fondos europeos hacia la periferia de un modo serio y sostenido, y tendría que haber un plan para el crecimientos y el desarrollo de esos países europeos meridionales. No se ve ahora nada parecido a eso.”(Daily Ticker)
Los líderes de la UE no han cambiado sus mentalidades absolutamente sobre nada. De hecho, han rechazado cualquier idea que podría haber ayudado, por lo que la eurozona no se apartará un ápice de su espiral mortífera.
Para el vídeo de Galbraith, éste es el vínculo:
Mike Whitney es un analista político independiente que vive en el estado de Washington y colabora regularmente con la revista norteamericana CounterPunch.
Traducción para www.sinpermiso.info: Miguel de Puñoenrostro
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