EL PAÍS:
El aumento global del precio de los alimentos está llevando a un "silencioso asesinato en masa" en los países más pobres del mundo, según aseguró ayer Jean Ziegler, enviado de Naciones Unidas para asuntos alimenticios. Ziegler responsabilizó a Occidente de la situación en declaraciones al diario austríaco Kurier am Sonntag. La expansión de los biocombustibles, la especulación en los mercados de materias primas y los subsidios de las explotaciones en la Unión Europea y Estados Unidos convierten a los países occidentales en responsables de la hambruna que afecta a los países pobres.
El enviado de la ONU señaló que las organizaciones multilaterales deben poner de manifiesto la "locura" de la gente que cree que el hambre no es cosa del destino. "El hambre no ha sido cosa del destino desde hace mucho tiempo. Más bien hay un asesinato detrás de cada víctima. Es un silencioso asesinato en masa", dijo antes de culpar a la globalización de la "monopolización de los ricos en la Tierra" y de responsabilizar a las multinacionales de una especie de "violencia estructural". "Tenemos una multitud de empresarios, especuladores y bandidos financieros que han convertido en salvaje un mundo de desigualdad y horror", señaló, informa Reuters.
La ONU ha puesto la crisis alimentaria en su punto de mira. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, advirtió ayer de que si no se gestiona adecuadamente, el encarecimiento de los productos básicos podría provocar importantes perjuicios al crecimiento económico mundial e incluso a la seguridad. "Nos arriesgamos a volver a la casilla uno", afirmó Ban en Accra (Ghana) durante la inauguración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo.
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