quinta-feira, 17 de dezembro de 2009
CON MENEM ESTABAMOS MEJOR
El subsecretario para América latina del Departamento de Estado, Arturo Valenzuela, se reunió con Cobos, De Narváez y Macri y empresarios norteamericanos y fue escéptico sobre posibles inversiones del exterior. Dura respuesta oficial.
Por Mercedes López San Miguel, para Página/12
Obama dijo en la Cumbre en Trinidad y Tobago que comenzaba una nueva era en la relación entre Estados Unidos y América latina. Entre esa frase dicha en abril y el fin de año su administración dio señales ambiguas: condenó el golpe en Honduras, pero apoyó las elecciones y cerró un acuerdo con Colombia para instalar a sus militares en siete bases en el país sudamericano. Ayer la señal fue dirigida a la Argentina. El flamante secretario de Estado adjunto para América latina, Arturo Valenzuela, afirmó ante medios argentinos convocados en la embajada de EE.UU. en Buenos Aires que los empresarios norteamericanos le expresaron su “preocupación”. “Escuché que existe preocupación por temas de seguridad jurídica y de manejo económico en Argentina y que, a menos que haya cambios, no podrían realizarse las inversiones que se planean”. Por las dudas, aclaró que “vine a escuchar, no vine a dictar cátedra. Escuché distintos puntos de vista, de distintos sectores”.
Estas declaraciones referidas a temas internos del país motivaron la reacción del Gobierno. El ministro del Interior, Florencio Randazzo, afirmó que la Argentina vive una etapa de plena garantía institucional y jurídica. “Ha dejado atrás la etapa en la que un funcionario de otro país venía a decirle cuáles eran las garantías que pretendían en beneficio de sus propios intereses. Si hay algo diferente a la década del 90 en Argentina es que el Gobierno hoy defiende los intereses de su pueblo y en aquel entonces defendía los de las empresas que se llevaban millones de dólares al exterior”. A estas críticas se sumó un comunicado del ministro de Justicia Julio Alak, que calificó de “insólitas e injustificadas” las declaraciones de Valenzuela. “La seguridad jurídica es un bien fundamental en el país, que ha sido protegido y rescatado incluso en las condiciones más adversas, derivadas de la crisis de 2001 y 2002”, aseguró. También la Cancillería dijo lo suyo: “El gobierno de Cristina Fernández no recibió quejas de empresas estadounidenses con intereses e inversiones en Argentina”, puntualizó.
Durante la conferencia de prensa, el ex asesor en temas regionales de Bill Clinton había agregado que él, como ex funcionario del Departamento de Estado, había recibido una versión mucho más optimista de los empresarios en el ’96, durante el gobierno de Carlos Menem, como un dejo nostálgico de la época de las relaciones carnales.
Valenzuela estuvo en Buenos Aires por dos días como parte de una gira por los países del Mercosur. Durante la conferencia, el representante para América latina dijo cómo ve la relación bilateral, pero sin explayarse. “Los temas que le podrían preocupar a Estados Unidos sobre Argentina son muchos, pero lo que quiero subrayar es que se busca un diálogo para tener un mejor entendimiento.”
Este académico de la Universidad de Georgetown asumió el cargo el 10 de noviembre, pero su nombramiento estuvo congelado desde julio en torno de la posición de Estados Unidos en el conflicto en Honduras. Al parecer, fue confirmado en el Congreso luego de que la administración demócrata diera garantías a la bancada republicana de que iba a reconocer los comicios en el país centroamericano, realizados el pasado 29 de noviembre.
Página/12 le preguntó a Valenzuela por qué Estados Unidos no presionó lo suficiente para que el presidente legítimo de Honduras, Manuel Zelaya, fuera restituido. El experto en temas relacionados con el origen y la consolidación de la democracia contestó con amabilidad. “No hay ningún país que haya hecho un esfuerzo más grande por la restitución de Zelaya. La elección de Honduras venía de antes. La apreciación de Estados Unidos era que esta salida electoral era parte del retorno a la democracia en Honduras. Pero era solamente una parte. Fuimos siempre consistentes: primero condenamos el golpe, luego acompañamos la voluntad unánime de la OEA de suspender a Honduras como miembro del sistema interamericano. Y después apoyamos la firma de la declaración de San José el 30 de octubre (para que se formara un gobierno de unidad nacional y que el Congreso votara la restitución o no de Zelaya).
–Pero el Congreso hondureño recién votó la “no” restitución tras los comicios.
–Avalamos la firma del acuerdo de San José y después aceptamos los comicios. A mí me detuvieron la nominación porque un senador no quería que fuera confirmado, quería que apoyáramos las elecciones sin condiciones (el senador era el republicano Jim DeMint). Eramos conscientes de que había violaciones a los derechos humanos, interferencia a la prensa y que algunos candidatos se retiraron, es decir que el contexto era de autoritarismo. Seguimos reconociendo a Zelaya como el presidente legítimo de Honduras hasta que no haya un traspaso de mando y la vuelta de Honduras a la OEA para ver que se cumplan hacia adelante los elementos que están en el acuerdo de San José.
Antes de llegar a Buenos Aires Valenzuela, quien se desempeñó como subsecretario adjunto en Asuntos Latinoamericanos durante la Administración Clinton, estuvo en Brasil, en una cita con el asesor de Lula en temas internacionales, Marco Aurelio Garcia. Allí quedaron evidenciadas las diferencias de Washington y Brasilia en torno de la situación en Honduras y la instalación de las siete bases norteamericanas en Colombia.
–¿No cree que el acuerdo militar con Colombia va en sentido contrario a un acercamiento con la región?
–Es un acuerdo bilateral de cooperación en seguridad. Tiene que ver con la cooperación que hemos establecido en la lucha contra el narcotráfico; no tiene un alcance extraterritorial.
Se le preguntó si habían quedado superadas las críticas que hiciera Obama a su par colombiano Uribe por la situación de los derechos humanos en Colombia. Valenzuela lo negó. “Nos preocupa el tema de los derechos humanos. Lo de los falsos positivos es algo muy serio. El Congreso norteamericano ha sido reticente en aprobar un tratado de libre comercio con Colombia por las preocupaciones que ha habido sobre la situación de los sindicalistas en ese país... Pero buscamos relaciones maduras, entre socios que se tienen confianza.”
En esta nueva era Valenzuela se muestra esperanzado. “Soy de los que ve para las Américas un momento promisorio.”
mercelopez@pagina12.com.ar
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