segunda-feira, 13 de julho de 2015

Carta abierta de Thomas Piketty y otros economistas a Angela Merkel



La interminable austeridad que se intenta hacer tragar a la fuerza al pueblo griego básicamente no funciona. Grecia ha dicho ahora basta ya de modo resonante.  

Como la mayoría del mundo ya sabía, las exigencias financieras hechas por Europa han aplastado a la economía griega, han llevado a un desempleo masivo, a un derrumbe del sistema bancario, han empeorado bastante más la crisis, con un problema de deuda que se ha acrecentado hasta un 175 %  del PIB impagable. La economía yace hoy quebrantada con una caída en picado de los ingresos, la producción y el empleo deprimidos, y las empresas famélicas de capital.

El impacto humanitario ha resultado colosal—hoy el 40 % de los niños vive en la pobreza, la mortalidad infantil se ha disparado y el desempleo juvenil se acerca al 50 %. La corrupción, la evasión fiscal y la mala contabilidad de anteriores gobiernos griegos contribuyeron a crear el problema de la deuda. Los griegos se han plegado a buena parte de la demanda de austeridad de la canciller alemana Angela Merkel —recorte de salarios, recorte del gasto público, tajos a las pensiones, privatizadas y desreguladas, y aumento de impuestos. Pero en años recientes los llamados programas de ajuste infligidos a países como Grecia sólo han servido para crear una Gran Depresión como no habíamos visto en Europa desde 1929-1933. La medicina prescrita por el Ministerio de Finanzas alemán y Bruselas ha sangrado al paciente, no ha curado la enfermedad.  

Juntos apremiamos a la canciller Merkel y a la troika a efectuar una corrección de rumbo para evitar mayores desastres y permitir que Grecia permanezca en la eurozona. Ahora mismo se le está pidiendo al gobierno griego que se ponga una pistola en la cabeza y apriete el gatillo. Por desgracia, la bala no solo acabará con el futuro de Grecia en Europa. El daño colateral acabará con la eurozona como ejemplo de esperanza, democracia y prosperidad y podría llevar a consecuencias económicas de  largo alcance en todo el mundo. 

En la década de 1950, Europa se fundó sobre el perdón de deudas pasadas, sobre todo las de Alemania, lo que generó una aportación masiva al crecimiento económico y la paz de la postguerra. Hoy necesitamos reestructurar y reducir la deuda griega, dejar espacio para que la economía pueda respirar y recuperarse, y permitir que Grecia vaya pagando un gravamen reducido de la deuda durante un largo periodo de tiempo. Este es el momento de repensar con humanidad el programa de austeridad, punitivo y fracasado, de años recientes y avenirse a una reducción considerable de las deudas griegas en conjunción con reformas muy necesarias en Grecia.

 Nuestro mensaje a la canciller Merkel es bien claro: le apremiamos a emprender esta acción vital de liderazgo para con Grecia y Alemania, y también ante el mundo. La historia le recordará por su forma de actuar en esta semana. Esperamos y contamos con que haga posible que se den pasos audaces y generosos en relación con Grecia que sean de utilidad para Europa en las generaciones por venir.

 Atentamente,

Heiner Flassbeck, ex-secretario de Estado del Ministerio Federal de Finanzas alemán  
Thomas Piketty, profesor de Economía de la Escuela de Economía de París 
Jeffrey D. Sachs, profesor de Desarrollo Sostenible, profesor de Política de Salud y Gestión, director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia
Dani Rodrik, profesor Fundación Ford de Economía Política Internacional, Escuela Kennedy de Harvard  
Simon Wren-Lewis, profesor de Política Económica de la Escuela Blavatnik de  Gobierno, Universidad de Oxford

Traducción para www.sinpermiso.info: Lucas Antón

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 Esta carta ha aparecido en publicaciones como The Nation, The Guardian, Le Monde y Der Tagesspiegel los días 7 y 8 de julio de 2015.

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