quarta-feira, 28 de março de 2012

MAIS UMA VÍTIMA DA PRIVATARIA TUCANA

Tucano para Colorir

Patrulha e Censura

Diga qual foi a publicação onde aconteceu isso:

Tendo publicado em seu site uma resenha favorável a um livro, ela foi denunciada pela direção de um partido político e daí resultaram os seguintes acontecimentos:

1) A resenha foi expurgada.

2) O autor do texto foi dispensado.

3) Semanas depois, o editor da revista foi demitido.

Isso aconteceu na revista História, o livro resenhado foi "A Privataria Tucana", a denúncia partiu do doutor Sérgio Guerra, presidente do PSDB, o jornalista dispensado foi Celso de Castro Barbosa e o editor demitido foi o historiador Luciano Figueiredo.

Em nove anos de poder, não há registro de que o comissariado petista, com suas teorias de intervenção na imprensa, tenha conseguido desempenho semelhante.

A revista é editada pela Sociedade de Amigos da Biblioteca Nacional, que pouco tem a ver com a administração da veneranda instituição. No episódio, sua suposta amizade ofendeu a ideia de pluralidade essencial às bibliotecas.

Elio Gaspari, CP

segunda-feira, 26 de março de 2012

¿De verdad ha enloquecido la derecha?

Fonte da imagem AQUI.

Rick Perlstein · · · · · 

Parece de pronto que el conservadurismo se hubiera vuelto más delirante que nunca. 

El público de los debates republicanos vitorea las ejecuciones y abuchea a un soldado en servicio activo por ser gay. Los políticos juran lealtad a Rush Limbaugh, un lunático tragapíldoras [influyente presentador radiofónico ultra adicto a los calmantes] que ofrecía recientemente un trato a las "feminazis": "Si vamos a pagar sus anticonceptivos, queremos que subáis los videos a la red para que podemos verlos todos". Miles de "Oath Keepers" ["Fieles al Juramento "] — Policía y Militares Contra el Nuevo Orden Mundial — se juramentan para desobedecer las órdenes ilegales que con seguridad se impartirán una vez instituya Barack Obama la ley marcial. Un candidato presidencial republicano de importancia habla de servidumbre por contrato… y otro propone convertir a los escolares en porteros. Sólo un 12% de los republicanos de Mississippi cree que Obama sea cristiano. Los republicanos de Arizona impulsan una ley que permite a los patronos despedir a sus empleadas por recurrir al control de natalidad.

Y así suma y sigue, metiéndose en cualquier estrambótico delirio político que aparezca en las ondas hoy mismo.

Pero, ¿dan más miedo hoy los derechistas que en el pasado? Desde luego parecen más extraños y feroces. Argüiría, sin embargo, que llevan así de locos mucho tiempo. En los últimos sesenta años, más o menos, veo bastante más continuidades en lo que cree del mundo el 20 o 30% de norteamericanos que se escora a la derecha. Las locuras que creían y querían quedaban obscurecidas por su falta de poder, pero siempre estaban ahí…si sabías dónde había que mirar. Lo que ha cambiado es que los conservadores chalados constituyen ahora la corriente principal republicana, la fuerza dominante del GOP [Grand Old Party, su denominación tradicional].

Estoy en una posición única para poder juzgarlo. Obsesionado por los años sesenta desde la niñez, desperdicié mis años de adolescencia merodeando por un destartalado almacén de cinco pisos de libros usados que conseguía, hasta octubre pasado, ir un paso por delante de la inspección de edificios de Milwaukee, estado de Wisconsin. Allí conseguía libros de una década que enloqueció: textos de los Panteras Negras en los que se condenaba a "AmeriKKKa", o de la Nueva Izquierda, que proclamaba que "el futuro de nuestra lucha es el futuro de la delincuencia en las calles", y de derechistas como el predicador David Noebel, que denunciaba la "subversión comunista de la música" mediante la cual el espionaje ruso aplicaba técnicas pavlovianas para que se pudriera la mente de la juventud norteamericana gracias a sus agentes a sueldo: los Beatles. La gente que pensaba como los Panteras Negras y la Nueva Izquierda demostró, por supuesto, ser flor de un día. Gente como Noebel, empero, han probado que son una constante en la historia norteamericana. De hecho, el mismo Noebel continúa con nosotros. En la década de 1970, se convirtió en fuente preferida de James Dobson, psicólogo radiofónico de la Derecha Cristiana de enorme popularidad todavía y mandamás de los republicanos. Muy recientemente, la reputación de Noebel se disparó gracias a su admirador Glenn Beck en Fox News [importante comentarista televisivo de esta cadena ultraconservadora], y ahora es uno de los favoritos del Tea Party.

Tras quince años de estudiar profesionalmente la derecha norteamericana — sobre todo en sus comunicaciones de unos con otros, en sus propios memoranda y medios de comunicación desde la década de 1950, todavía tengo yo que encontrar un cambio verdaderamente novedoso, una innovación real en el "pensamiento" de la derecha. ¿Presentadores de radio que apuntan con el dedo a multimillonarios liberales como George Soros, que utilizan sus ingentes fortunas – adquiridas gracias a la empresa privada consagrada por la Constitución – con la intención de "socializar" los Estados Unidos? 1954: Hete aquí a un presentador de radio, Pat Manion, que apunta con el dedo a "fortunas gigantescas, construidas gracias a la empresa privada consagrada por la Constitución...que se utilizan para 'socializar' los Estados Unidos". ¿El candidato presidencial Newt Gingrich, "harto de jueces elitistas" que en su arrogancia imponen sus "puntos de vista radicalmente antinorteamericanos" — incluyendo a los jueces del Tribunal Supremo cuyos dictámenes se ha juramentado desafiar? 1958: Nine Men Against America: The Supreme Court and its Attack on American Liberties, [Nueve hombres contra Norteamérica: el Tribunal Supremo y su ataque a las libertades norteamericanas], de Rosalie M. Gordon, todavía a la venta en sovereignstates.org.

Sólo han cambiado los nombres de los ogros…aunque a veces ni siquiera ha cambiado eso. El ultimo proyecto del Dr. Noebel consiste en reeditar un volumen que al parecer encuentra novedosamente pertinente: You Can Trust the Communists: To be Communists, [Puedes confiar en que los comunistas sean comunistas] del Dr. Fred Schwarz. Schwarz, un medico australiano que murió hace tres años, tuvo su momento de gloria a principios de los 60, cuando llenaba auditorios municipales predicando su evangelio preferido: que el Kremlin dominaba a sus súbditos aplicando "técnicas de ganadería animal", y albergaba "planes para hacer ondear una bandera de URSS en cada una de las ciudades norteamericanas para 1973". La nueva versión, puesta al día por Noebel – viene con vivísimos elogios de agradecidas reseñas en Amazon.com como éstos: "Igual de importante que hace cincuenta años"; y esto: "Debería ser lectura obligada para cualquier norteamericano", y "Este libro me hizo conservador" – se titula You Can Still Trust the Communists: To be Communists, Socialists, Statists, and Progressives Too. [Puedes confiar en que los comunistas sean comunistas, socialistas, estatistas y también progresistas]

¿Por qué tiene importancia todo esto? Pues porque la noción de que el conservadurismo ha dado un nuevo giro, más chiflado, tiene adeptos cuyas distorsiones desbaratan nuestra capacidad de comprenderlo y contenerlo. En una reseña reciente de The Reactionary Mind: Conservatism from Edmund Burke to Sarah Palin, [La mente reaccionaria: el conservadurismo, de Edmund Burke a Sarah Palin], el rompedor libro de Corey Robin, publicado en la New York Review of Books, que traza las continuidades del pensamiento derechista hasta el siglo XVII, el distinguido teórico politico Mark Lilla dictaminaba que "la mayor parte de la reciente turbulencia de la política norteamericana es resultado de los cambios en la estructura de clanes de la derecha con el declive de conservadores apegados a la realidad como William F. Buckley". Así pues, ¿qué hizo un "conservador apegado a la realidad" como Buckley con Fred Schwarz? Pues, lector, le escribió la nota publicitaria para la portada del libro, alabando al buen doctor por "instruir a la gente sobre aquello que sus líderes tan claramente ignoran". Lo mismo hizo, de hecho, Ronald Reagan, que en 1990 alabó la "incansable dedicación" del charlatan "a intentar garantizar la protección de la libertad y los derechos humanos". Y he aquí lo que dice el difunto Jack Kemp, peso pesado del GOP, que escribió elogiosamente alabando las memorias de 1996 de Schwarz (Reagan aparece retratado con Schwarz en la solapa): "Cuánto aprecio el hecho de que tanto como cualquier otro, incluyendo al presidente Reagan, el presidente Bush, y el Papa Juan Pablo… [el Dr. Schwarz] haya tenido la oportunidad de educar literalmente a miles de jóvenes, hombres y mujeres, de todo el mundo en la lucha por la democracia y la libertad y la lucha contra la tiranía del comunismo". Los "conservadores del establishment", Reagan y Kemp, y el "chiflado", el Dr. Fred Schwarz, nunca estuvieron tan separados, al fin y al cabo.

Se oye hablar mucho de Ronald Reagan por parte de la multitud que se refiere a los conservadores-están-más-locos-que-nunca: le alaban como hombre de compromiso y apuntan, correctamente, que subió los impuestos siete de sus ocho años como presidente, en llamativa contraposición con los republicanos de hoy, que se niegan por completo a subirlos. He aquí la cosa, tal como escribí entre los hosannas que se le dedicaron a su muerte en 2004, durante el espantoso reinado de Bush: "Constituye una peculiaridad de la cultura norteamericana que cada generación de no conservadores contemple a los derechistas de su propia generación como los que dan miedo, y luego prefiera recordar a los derechistas de la última generación como adorables. En 1964, los observadores, horrorizados por Barry Goldwater, suspiraban por el sensato Robert Taft, el dirigente conservador de los 50. Cuando Reagan era presidente, los liberales hablaban con indulgencia del bueno y viejo Goldwater".

Y así seguimos: a Reagan se le juzga hoy uno de esos conservadores apegados a la realidad cuya desaparición hoy lamentamos. Falso. Hondamente configurado por la extrema derecha más locuela, a Reagan le encantaba en momentos anteriores de su Carrera citar su evangelio: que de acuerdo con los proyectos comunistas "para 1970 el mundo será o todo esclavo o todo libre"; que, tal como dijo en una entrevista de 1975 – rehabilitando una cita supuestamente de Vladimir Lenin, pero, de hecho, elaborada por el fundador de la John Birch Society [asociación de extrema derecha norteamericana de principios de la Guerra Fría] – una vez que Lenin y sus camaradas hubieran organizado a las "hordas de Asia", conquistarían después América Latina, "los Estados Unidos, postrer bastión del capitalismo, cae[rían] en sus manos abiertas como fruta madura". Pero también él era un buen político, y como tal aprendió a evitar decir cosas que le perjudicaban políticamente. La razón por la que no combatió de modo efectivo las subidas de impuestos fue que, con un Congreso demócrata, no tenía capacidad para ello. Cada vez que tenía en efecto que poner su firma a una subida, dejaba perfectamente claras sus preferencias, culpando a los malvados liberales por forzarle a ello y añadiendo que esta era la razón por la que había que derrotar al liberalismo…para no tener que volver a firmar una.

Esto estaba "apegado a la realidad". Pero también lo está, políticamente al menos, el obstruccionismo de los conservadores no apegados a la realidad: si bloquean todas las subidas de impuestos es porque pueden. Y ha funcionado, ¿no? Si así sucede es porque a medida que se ha incrementado el poder conservador desde los años 60, una parte cada vez mayor de lo que los conservadores creen en realidad — y siempre han creído realmente —ha venido a configurar la sociedad norteamericana y sus instituciones.

Esa dinámica se ha visto siempre acompañada de otra: a medida que el extremismo conservador encubierto – véase: la mujeres que recurren al control de natalidad son unas zorras, deberían privatizarse todos los bienes públicos – encuentra el modo de deslizarse en los debates de alto nivel de las cámaras del Congreso, en las decisiones de una judicatura federal crecientemente inclinada a la derecha, en las campañas presidenciales y las secciones principales de los periódicos más importantes de las metrópolis, los entendidos más relevantes declaran que el conservadurismo está en retirada. Cuando Barry Goldwater perdió las elecciones presidenciales abrumadoramente, Tom Wicker, columnista del New York Times, proclamó que "con trágica inevitabilidad" el conservadurismo se había "fracturado como un panel de vidrio". Sin embargo, de algún modo, los conservadores lograron sobrevivir y prosperar, eligiendo a Ronald Reagan durante dos mandatos como gobernador de California, a partir de 1966. Después de que el sucesor escogido por Reagan perdiera la nominación en 1974, Joseph Kraft, del Washington Post, dictaminó que "la desbandada del reaganismo en este estado anuncia lo que parece ser una posibilidad nacional, la posibilidad de cerrar el paréntesis de la era de la política del contragolpe, que tan contundente ha resultado desde que Ronald Reagan dejara de hacer películas para la tele en 1966". En vena similar, en su libro sobre la generación de activistas que estaban detrás de la Revolución Republicana de 1994 de Newt Gingrich, Nina Easton mantenía que la insistencia por parte de dirigentes como Ralph Reed, fundador de la Christian Coalition, de que el liberalismo era "una pendiente resbaladiza que llevaba al socialismo y comunismo" destruiría "el apoyo público que necesitaba para lograr su visión de un movimiento de masas".

No lo destruyó. Y sin embargo, como un reloj, el profeta de hoy del desastre conservador, el periodista Jonathan Chait , concluye que el conservadurismo se hace trizas como un panel de vidrio ahora que, enfrentado a la bomba de tiempo demográfica de un electorado cada vez más joven y moreno que hace, según dice, completamente inevitable el triunfo del liberalismo ilustrado, su extremismo latente está saliendo por fin a la superficie , abriendo "nuevas tierras en el reino de la temeridad", tal como él lo expresa.

He aquí el problema: para este modo de pensar, el triunfo del liberalismo ilustrado es siempre inevitable. Ahora es la demografía la que constituye una fuerza inexorable (desmonto ese argumento en "Why Democrats Have a Problem with Young Voters" [Por qué los demócratas tienen un problema con los votantes jóvenes], Rolling Stones, 28 de febrero de 2012); en la década de los 60, fue la certidumbre de que los norteamericanos nunca abandonarían las ventajas que para ellos tenía el gran gobierno. Y con todo, de algún modo, a lo largo del hilván corriente de la preferencia política norteamericana entre demócratas y republicanos, el conservadurismo continúa prosperando. Se debe a que el poder engendra poder: se puede dar por hecho con que los demócratas encontrarán un compromiso con el delirio conservador, y puede darse por hecho que los medios de información lo normalizarán. Y eso se debe a que siempre habrá millones de norteamericanos a los que aterra el progreso social y verse desposeídos de cualquier ligera ganancia de seguridad psicológica que hayan podido mantener en un mundo aterrador. Y debido a que siempre habrá poderosos agentes económicos a los que compensa explotar ese temor, incertidumbre y duda (y compensa, compensa).

El conservadurismo no está aumentando su locura, y tampoco está desapareciendo. Está, simplemente, haciéndose más poderoso. Se trata de un hecho que un liberal apegado a la realidad no tiene más que aceptar, y a partir de ahí, reunir fuerzas para la lucha.

Rick Perlstein es autor de Before the Storm: Barry Goldwater and the Unmaking of the American Consensus y [Antes de la tormenta: Barry Goldwater y la destrucción del consenso norteamericano] y Nixonland: The Rise of a President and the Fracturing of America. [Tierra de Nixon: el ascenso de un presidente y la fractura de Norteamérica] Escribe una columna semanal para RollingStone.com.
Traducción para www.sinpermiso.info: Lucas Antón
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segunda-feira, 19 de março de 2012

EMBRAPA A SERVIÇO DA MONSANTO E DAS TRANSNACIONAIS?


Por Gilvander Luís Moreira[1]

Em tempos de Campanha da Fraternidade sobre saúde pública – CF/2012 -, a EMBRAPA[2] pediu liberação do herbicida Glifosato também para a cultura da mandioca. Essa é uma lamentável notícia que exige, no mínimo, sete breves comentários. 

1 - A EMBRAPA é uma das empresas públicas que mais recebem dinheiro das transnacionais para investimento em pesquisas, melhor dizendo, aperfeiçoamento tecnológico na produção agropecuária. Um ditado popular diz: "quem paga a banda, escolhe a música", ou seja, grande parte das pesquisas feitas pela EMBRAPA no último período tem sido para beneficiar as grandes empresas do ramo de agrotóxicos, como a própria MONSANTO que no ano de 2010 passou para a EMBRAPA nada menos que R$ 5,9 milhões para investir em pesquisas para os próximos 3 anos (2011, 2012 e 2013).

2- O Glifosato é um herbicida sistêmico não seletivo, ou seja, mata qualquer tipo de planta, exceto aquelas geneticamente modificadas para resistir ao glifosato, como é o caso das plantas (soja, por exemplo) com a marca RR (Roundup Ready), produzida pela MONSANTO. Um dos agrotóxicos mais vendidos pela Monsanto no país é o Roundup, que tem como principal ingrediente o glifosato.

3 - O uso massivo do glifosato tem provocado a aparição de resistência por parte de algumas plantas, levando a um aumento progressivo das doses usadas, e assim a uma desvitalização e perda de fertilidade da terra, afinal o herbicida elimina também, bactérias que são indispensáveis à regeneração do solo e manutenção de sua fertilidade. Este processo faz com que a cada dia aumente o uso de fertilizantes químicos, que alimentam as plantas e não fertilizam a terra, aumentando ainda mais o ciclo vicioso. Só no ano passado (2011), as importações brasileiras de fertilizantes (20,7 milhões de toneladas) somaram um gasto de 9,1 bilhões de dólares. Quem está mesmo ficando com os lucros e quem está ficando com os prejuízos?

4 - Rubens Onofre Nodari, agrônomo, mestre em Fitotecnia e doutor pela University Of California At Davis, professor na UFSC, afirma que além dos problemas no meio ambiente, o glifosato traz problemas à saúde pública, como o aumento da incidência de certos tipos de câncer e alterações do feto por via placentária. Reduz a produção de progesterona e afeta a mortalidade de células placentárias atuando como disruptor endócrino, ou seja, ele aciona genes errados, no momento errado, no órgão errado. O glifosato também causa, por exemplo, diminuição da produção de espermas, conforme vimos em experimentos feitos em ratos, ou produz espermas anormais. No caso do sistema endócrino, ele pode, por exemplo, inibir algumas enzimas. Ele vai alterar os hormônios que entram na regulação da expressão gênica.

5 - Desta forma vemos que a EMBRAPA, criada no início da década 70 do século XX, em plena ditadura, pelo então presidente Médici (que já fazia parte das estruturas criadas para dar suporte à imposição da chamada "Revolução verde", agricultura altamente mecanizada, que por sua vez impôs sobre a agricultura o lixo da 2ª Grande Guerra, incluindo, além de máquinas pesadas, armas químicas que foram transformadas em agrotóxicos) segue ainda hoje cumprindo o papel de criar condições para o avanço do Capital na agricultura, na qual umas poucas empresas lucram, melhor dizendo, furtam, e o conjunto da sociedade fica com os problemas gerados, sejam eles sociais, ambientais e até mesmo econômicos. Injustamente é a estrutura do Estado, que se diz Democrático de Direito, atuando em favor do Agronegócio e consequentemente em favor do beneficio das empresas transnacionais que dominam a produção e comercialização de agrotóxicos.

6 - Vamos deixar o Brasil se tornar a maior lixeira tóxica do mundo? O Brasil já é o campeão mundial no uso e consumo de agrotóxico. Confira o Filme-documentário “O Veneno está na mesa”, do diretor Sílvio Tendler. Por esse motivo, o deputado federal Padre João (do PT) está travando uma batalha na Câmara Federal contra o uso de agrotóxicos.[3]

7 – É inadmissível que a EMBRAPA continue com projetos de melhoramento na produção agropecuária que fortalecem os projetos das empresas transnacionais, agridem o meio ambiente e adoecem o povo brasileiro. A coluna mestra da EMBRAPA deve ser pesquisar nas áreas de agricultura familiar, com adubação orgânica. A EMBRAPA precisa assimilar em todas suas pesquisas o paradigma da Agroecologia. Só assim estará contribuindo para que a saúde se difunda por todo Brasil.

Enfim, quase todos os venenos devem ser proibidos. O uso deles só é tolerável como exceção e não como regra geral, o que lamentavelmente vem acontecendo. Roundup e muitos outros agrotóxicos são desenvolvidos para matar, não fazem parte da ética da vida. Há uma aliança macabra não confessada entre o agronegócio e a indústria farmacêutica. Produz-se alimentos envenenados para adoecer as pessoas e, assim, jogá-las nas garras da indústria farmacêutica que é a segunda que mais lucra, melhor dizendo, furta - após a indústria bélica. Em nome da Campanha da Fraternidade sobre Saúde Pública repudiamos a liberação do glifosato para a mandioca e todos os seus derivados.

Belo Horizonte, MG, Brasil, 11 de março de 2012.

[1] Frei e padre carmelita; mestre em Exegese Bíblica; professor Teologia Bíblica; assessor da CPT, CEBI, SAB e Via Campesina; e-mail: gilvander@igrejadocarmo.com.brwww.gilvander.org.brwww.twitter.com/gilvanderluis - facebook: gilvander.moreira

[2] Empresa Brasileira de Pesquisa Agropecuária.

[3] Acompanhem mais informações no site do mandato: www.padrejoao.com.br

¿Podrían las guerras de Obama volverse su peor pesadilla?

Fonte da Imagem AQUI.

Andrew Levine · · · · ·

¿Podría el Presidente Obama perder en noviembre? El consenso entre aquellos que dicen saber es que no, a menos que la economía se estanque nuevamente, y eso, dicen los entendidos, es poco probable. Por lo tanto, salvo contingencias improbables, Obama va a ganar un segundo mandato. El motivo verdadero casi no es mencionado, pero es tan claro como el agua: Obama va a ganar porque Mitt Romney será su oponente.

Romney va a ponerle la victoria en bandeja a Obama porque, por razones demasiado obvias, casi todo el mundo - izquierda, derecha y centro– lo encuentra repugnante. Y, como si no bastara el hecho de que Romney repite como loro las posiciones de sus rivales, los puntos de vista que mantiene a la hora de dirigirse a los teócratas y miembros del Tea Party, es decir, a los principales votantes republicanos, les resultan repugnantes a todos menos a los más reaccionarios.

Ciertamente, Romney es el candidato preferido de los depredadores corporativos y banqueros criminales de Wall Street, aunque uno debe preguntarse por qué no acaban por alinearse detrás de su hombre en la Casa Blanca de una buena vez. Y hay algunos ricos republicanos chapados a la antigua a los que les gusta Romney, aunque incluso a ellos debe molestarles su deseo de complacer a la cuadrilla que el establishment partidario contrató para lograr que sus hombres (y ocasionalmente mujeres) sean electos. Pero, en el mundo de los ricos, la codicia siempre gana, por lo que ellos están dispuestos a vivir en medio de contradicciones culturales si ello ayuda a engordar sus bolsillos.

Los reaccionarios son otra historia. Los peores de entre ellos odian la idea de un presidente afro-americano, y odian a los "liberales" casi tanto. Y ellos sumados a los votantes republicanos más benignos, para quienes otro candidato republicano, aunque sea despreciado por las bases, podrían acumular una cantidad importante de votos. Pero tanto Romney como los otros candidatos, necesitan el voto de los 'moderados' para ganar, y es casi imposible que lo obtengan.

Por eso, Obama debería llevarse la elección en noviembre, a pesar de no haber logrado casi nada digno de mención en su primer mandato, a pesar de haber decepcionado a todos los electores a los que hechizo cuatro años atrás, y a pesar de haber sido incluso peor que Bush y Cheney en asuntos relacionados con el estado de derecho y las restricciones constitucionales sobre el poder ejecutivo. Los expertos están de acuerdo en que sus bases no tienen alternativa, como tampoco la tienen los "independientes", a los que Obama ha intentado atraer. Pero por lo menos no es repelente ni se presenta como un imitador de Santorum.

Y seguro que los expertos tienen razón en esto. Pero el camino no es tan llano para Obama como se cree, porque hay otras cosas además de las noticias económicas que podrían catapultar a Romney. Las guerras de Obama, – incluso aquellas que él no comenzó son suyas ahora! – podrían convertirse su peor pesadilla. Hasta el momento, el presidente ha podido alejar esa amenaza, aunque ya hay señales de problemas, y hay mucho tiempo entre ahora y noviembre.

Hoy por hoy, Afganistán parecería ser el principal problema, pero de lejos la bala más grande que Obama debe esquivar es la posibilidad de una guerra contra Irán. Esa sería otra guerra autodestructiva en Oriente Medio, varias veces más grave que la guerra contra Irak, que el propio Obama describió como "estúpida". El imperio estadounidense está apuntando a Irán, incluso desde antes de la Revolución iraní, pero hasta ahora el conflicto ha sido de "baja intensidad". Y si Obama quiere beneficiarse de la candidatura de Romney, al mismo tiempo que continua demonizando al régimen iraní, deberá asegurarse de que las cosas no se escapen de control.

Todavía nadie ha logrado identificar ninguna razón legítima, real o artificial, para iniciar una guerra contra Irán - a menos que hayamos llegado al punto en que ahora las guerras se luchen para desarmar a las naciones que no nos gustan, aun si no nos han amenazado ni lo harían nunca. Ni siquiera los comentaristas más importantes del coro probélico en los medios de comunicación, ni los belicistas del Congreso de la calaña de John McCain, Lindsey Graham o Joe Lieberman han podido encontrar una justificación para la guerra que no sea evidentemente engañosa.

Si el tema de la guerra contra Irán está en la agenda es por una sola razón: porque Israel así lo quiere, y como Israel lo quiere, los lobbyistas pro Israelíes harán todo lo posible para hacerla realidad. Y es que por lo general, logran lo que quieren, ya que tienen a casi todo el Congreso y a la mayoría de las instituciones que crean opinión pública en su bolsillo o, por lo menos, de su lado.

Por el momento, sin embargo, Obama parece haber esquivado la bala, habiendo sobornado a los israelíes con ofertas de ventas de armas que parecen calculadas para aumentar la capacidad israelí de destruir las instalaciones nucleares de Irán, con el quid pro quo de no hacerlo hasta después de las elecciones. Dado que Israel es quizás el estado más belicoso del planeta, incluso más predispuesto a utilizar la fuerza militar que los propios Estados Unidos, la manera en que Obama está lidiando con el problema entre Israel e Irán pone en peligro a toda la región y al mundo en general. Pero podría funcionar… para Obama.

Lo único que podemos esperar es que al gobierno de Netanyahu - y por lo tanto a la AIPAC – no se le antoje reemplazar al presidente por un republicano. Sin duda les encantaría que Gingrich saliera elegido – su primera decisión en el cargo, según él mismo, sería mudar la embajada de los EE.UU. de Tel Aviv a Jerusalén. ¿Sería su segunda decisión nombrar a su mentor, Sheldon Adelson, embajador ante el Estado judío? Uno puede imaginar lo agradecido que quedaría Netanyahu (que a su vez, quién sabe, podría incluso ofrecerle a Adelson una concesión para construir un casino al lado de la Cúpula de la Roca).

Santorum sería casi igual de bueno. Netanyahu, que es hábil con los ordenadores, seguro que lo ha googleado y habrá descubierto una afinidad personal. Pero la candidatura de Romney sería casi un regalo seguro, con el que Obama podría descansar tranquilo. Los israelíes tienen tanta razón para desconfiar de Romney como todos nosotros, tal vez más ya que, como mormón, debe creer que su pueblo es el verdaderamente escogido. Y esta convicción podría hacerle menos dispuesto que los protestantes evangélicos o católicos, como Rick Santorum, a marchar a la música de la línea sionista de Tierra Santa.

Sea cual sea el partido que prefiera el gobierno israelí para los Estados Unidos, el hecho es que su principal motivación no es poner a alguien más servil que Obama en la Casa Blanca, sino derrotar a Irán - no porque una bomba atómica iraní, aunque tuvieran la capacidad de construirla, represente una "amenaza existencial" para Israel, (ningún observador informado cree eso), sino porque un Irán nuclear obstaculizaría la capacidad de un Israel nuclear de hacer militarmente lo que quiere en la región.

Israel tiene un largo historial de afectar las relaciones entre los EE.UU. e Irán. En la década de 1980, cuando el fervor revolucionario estaba aún alto en Irán y cuando las posiciones oficial y popular eran fuertemente anti-estadounidenses, Israel veía a Irak como "amenaza existencial" y a Irán como el enemigo de su enemigo; por lo que indujo a los Estados Unidos a tomar medidas más amigables de lo que debería hacia Irán – las extrañas aventuras Irán-Contra de Reagan son el ejemplo más conocido y más notorio de ello.

Fue sólo después de la guerra de 1991 de Bush contra Irak, y después de la caída de la Unión Soviética, que Israel decidió que Irán era su enemigo primordial. Hasta entonces, la principal preocupación del lobby pro israelí en los EE.UU. era asegurarse de que los EE.UU. ayudaríçan a Israel a sofocar el movimiento nacional palestino. Esa misión tuvo tanto éxito hasta ahora, que la propia AIPAC parece haber volteado la página. Irán, el mejor amigo de Israel hasta hace no mucho tiempo en Medio Oriente, es ahora el principal objetivo de sus maquinaciones.

Después de haber caído en acto reflejo al modo anti-iraní hace dos décadas, la clase política estadounidense, influenciada más que nunca por el lobby pro israelí, ahora está alentando la animosidad anti-iraní. Como sucede tan a menudo cuando Israel está involucrado, la cola menea al perro.

Huelga decir que al lobby pro israelí no le costó mucho convencernos a los estadounidenses. La enemistad hacia Irán ha sido un factor en la política estadounidense al menos desde la crisis de los rehenes que derribó la presidencia de Jimmy Carter. Pero no cabe duda de que las relaciones estadounidense-iraníes no estarían en el estado lamentable en el que se encuentran si no fuera por la AIPAC y la influencia que ejercen sus organizaciones hermanas en nuestra vida política.

Aun así, una guerra contra Irán, que sería tan devastadora para las perspectivas electorales de Obama como para el resto del mundo, probablemente puede evitarse, al menos por ahora. Pero las otras guerras de Obama son las que podrían convertirse en su pesadilla.

Las guerras en Irak y Afganistán ya estaban perdidas antes de que Obama asumiera el mando. Su papel, al igual que el de Nixon en Vietnam, ha sido la de asegurarse de que el imperio no pase más vergüenzas. De igual modo que Obama tiene suerte de tener a Romney por oponente, también ha tenido suerte, hasta ahora, en sus esfuerzos para evitar el espectáculo de puentes aéreos en helicóptero desde el techo de la embajada. Para ello, debe agradecer (por ahora) a las complejas vicisitudes de la política iraquí.

Pero el hecho es que los EE.UU. perdieron la guerra de Irak y que, al hacerlo, no sólo devastaron el país y a su gente, sino también destrozaron el tejido político del estado iraquí. A la larga, esto le saldrá caro al país del norte. Pero no por ahora y, probablemente, no antes de noviembre, no si la suerte de Obama se mantiene.

Afganistán es otra historia. Esa causa estaba perdida antes de que Obama asumiera el cargo; y el nombramiento de una comisión o dos para cubrirse, le hubiera permitido dejar que la guerra se acabara por sí misma y traer las tropas a casa. Pero el presidente estaba demasiado ansioso por establecer su propia credibilidad como un promotor efectivo de los intereses militares del imperio como para permitir que eso sucediera, especialmente no una guerra que, a su propio entender, era "estúpida". Si a ello hay que añadir su obsesión con los aviones de ataque no tripulados, las operaciones especiales y el 'estamos donde estamos'.

Sin idea de lo que involucra una guerra en Afganistán y, para todo efecto práctico, sin noción del hecho de que tanto los británicos como los rusos habían sido derrotados allí, Obama fue víctima de "expertos" de inteligencia negligentes y de generales cuya única intención era tener éxito allí donde sus predecesores habían fracasado en Vietnam. Por esta razón, y bajo el comando de Obama, la "contrainsurgencia" volvió a ser la ruina del imperio.

Lamentablemente, sin embargo, en esta ocasión parece que no habrá una contraparte al "síndrome de Vietnam" que, por un breve período, salvó a los Estados Unidos y al mundo de un gran daño. Si existe una manera de salir de Afganistán sin hacer el ridículo, debemos estar seguros de que Obama la encontrará.

Pero, como ya es evidente, en el intento, el propio Obama se ha convertido en el rehén de sus soldados "desbocados", autores de asesinatos insensatos y caos. Era inevitable. Si no, ¿cómo podrían todos los reclutas económicos que conforman el vasto ejército de ocupación mantener el suficiente orden para ganar "los corazones y las mentes" de las personas que debían mantener en raya? Basta enviarlos varias veces y durante largos períodos de tiempo a situaciones en las que son tanto víctimas como perpetradores de atrocidades brutales y será imposible suprimir las consecuencias.

Hoy en día, hasta Newt Gingrich cree que ya basta, y Santorum parece estar de acuerdo; y a donde van esos dos, Romney sigue. De entre los cuatro, Obama, el premio Nobel, es el que mantiene la línea más dura.

Esto es irónico, pero también es de esperarse de un presidente que se toma en serio el papel de "administrador del imperio." Siendo un líder astuto, es posible que encuentre una manera de hacer lo que le exigen el interés propio y la moral. Un líder más valiente también lo haría. Pero, desde el primer día, Obama ha demostrado ser inepto en el gobierno y tan desalmado como el que más. Por lo que lo único que le queda por hacer es esperar que, tanto en Afganistán como en Irak, su suerte continúe.

En cuanto a sus otras guerras, las que el mundo apenas conoce, ya que se libran sólo a prerrogativa del comandante en jefe con aviones no tripulados y fuerzas de operaciones especiales, y sin botas en el terreno que puedan suscitar la oposición en el país, el tiempo tiene la última palabra. Algunos de esos "errores" conspicuos también podrían quitarle el sueño.

Sin embargo, lo más probable es que las guerras de Obama no tendrán un impacto en las elecciones, y que los anticuerpos de Romney ganarán la elección para los demócratas. Sin embargo, esto está lejos de estar zanjado. En la guerra, más que en casi cualquier otra actividad humana, los acontecimientos consiguen fácilmente escaparse de las manos y salirse de control. Si Obama pierde esta vez, lo más probable es que sea por eso.

Andrew Levine es profesor en el Instituto de Estudios Políticos, y autor del libro The American Ideology (Routledge) y Political Key Words (Blackwell), así como de muchos otros libros y artículos sobre  filosofía política. Su libro más reciente es In Bad Faith: What's Wrong With the Opium of the People. Fue profesor (filosofía) de la Universidad de Wisconsin-Madison y Profesor de Investigación (filosofía) de la Universidad de Maryland - College Park. Asimismo colabora con Hopeless: Barack Obama and the Politics of Illusion, de próxima publicación por AK Press.

Traducción parawww.sinpermiso.info: Antonio Zighelboim

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Nota do Blog: Agradeço ao Dr. Herlon Almeida pelo envio da imagem acima.

COMPRAR. JOGAR FORA. COMPRAR.

domingo, 18 de março de 2012

PROIBIDO MORRER

Falciano Del Massico

Cidade proíbe moradores de morrer

Na cidade italiana de Falciano Del Massico (4 mil habitantes), os moradores estão proibidos de morrer, porque o cemitério está lotado. O prefeito Giulio Cesare Fava decretou que "os cidadãos não poderão cruzar as fronteiras da vida terrestre e adentrar o além". Ele não disse como será a punição. Dois idosos já morreram desde então. O cemitério da cidade vizinha, Carinola, também está cheio
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 CP

sexta-feira, 16 de março de 2012

Las veleidades de Islandia

Fonte desta imagem AQUI.

Dean Baker · · · · · 

A quienes pensaron que ya habían presenciado suficiente locura financiera por parte de este pequeño país-isla les espera una gran sorpresa: la chifladura no ha hecho más que empezar. Islandia parece estar considerando adoptar el dólar canadiense como moneda oficial. Resulta difícil saber por dónde empezar a ridiculizar tal consideración. Si tuvieran algo de sentido común, los islandeses estarían dando gracias cada día al dios de las pequeñas divisas por el hecho de que su país tenga propia moneda y de que no formara parte de la eurozona en el momento de implosión del sistema financiero.

Gracias a tener su propia divisa, Islandia pudo llevar a cabo los ajustes necesarios frente a la crisis permitiendo que el valor de su moneda disminuyera en relación con las de sus socios comerciales. Esto encareció las importaciones reduciendo considerablemente su volumen. La corona islandesa, con un valor decreciente, abarató las exportaciones y las condujo a un aumento de volumen repentino. El efecto de este cambio en los precios relativos fue que el déficit de mercado masivo de Islandia, el cual se disparó a más del 28 por ciento del PIB en 2008, proyectara volverse un superávit de más del 3,0 por ciento del PIB este año. Este increíble giro ha restablecido el crecimiento económico en 2011 y comenzado a disminuir la tasa de desempleo del país.

La tasa de desempleo del 6,7 por ciento registrada en el cuarto trimestre del 2011 supone un nivel alto en relación con los estándares de Islandia, pero pinta muy bien en comparación con las de los países en crisis vinculados al euro. La tasa de desempleo más recientemente registrada en Portugal fue del 13,6 por ciento, en Irlanda del 14,5 por ciento, en Grecia del 19,2 por ciento y en España del 22,9 por ciento.

Estos países sufrieron la desgracia de estar en el euro por tres motivos. En primer lugar, estaban sujetos a la permanente obsesión del Banco Central Europeo (BCE) con la inflación. Mientras que gran parte de la carga de la deuda del ciudadano islandés medio fue paliada con dos años de una inflación del 12 por ciento (2008 y 2009), los deudores de los países en crisis de la eurozona han tenido que sufrir la celebración del BCE por perpetuar una inflación baja.

En segundo lugar, al no poder devaluar su moneda, los países de la eurozona no pudieron confiar en un aumento en las exportaciones netas con el fin de proporcionar el mismo estímulo al crecimiento que Islandia. Finalmente, ser parte de la zona euro significaba que el BCE, junto con sus aliados el FMI y la Comisión Europea, podían exigir recortes presupuestarios e incrementos en los impuestos incluso a mitad de una recesión aguda, decelerando aún más las economías de los países en crisis.

Los desequilibrios creados por los excesos financieros de Islandia en la última década empequeñecen cualquier cosa vista en países afectados de la eurozona. El déficit de su cuenta corriente explotó a un increíble 26 por ciento del PIB en 2006. Esto bastó para llamar la atención del FMI, una organización a la que normalmente no molestan las exuberancias irracionales de los mercados privados. Si Islandia no gozara de la libertad de utilizar la devaluación de su moneda como parte fundamental de su proceso de ajuste, podría estar ahora contemplando una década o más de estancamiento y de alto desempleo.

Sin embargo, en vez de celebrar su buena suerte, los líderes islandeses parecen estar resueltos a forzar al país a entrar en el mismo tipo de corsé que sus menos afortunados vecinos. Si Islandia se uniera a cualquier gran bloque monetario, perdería inmediatamente la flexibilidad que le ha protegido en su recuperación de la crisis. Por este motivo, debería ir con extremo cuidado con los términos bajo los que renuncia al control de su moneda.

Aun así, la elección de Islandia es especialmente bizarra. Siendo uno de los grandes exportadores de petróleo, la moneda de Canadá tiene tendencia a seguir los cambios del precio del crudo. Esto significa que cuando el precio del petróleo sea alto, la moneda canadiense y la islandesa aumentarán de valor. Habrá entonces un efecto directo en el aumento de los bienes y servicios islandeses relativos a los precios de otros países.

Ello hará a Islandia menos competitiva en la economía mundial. Acabará entonces adquiriendo importaciones baratas del extranjero en vez de producir bienes y servicios domésticos y sus exportaciones, por ejemplo el turismo, disminuirán al decidir el resto que Islandia es demasiado cara.

Canadá también tiene este problema. En los últimos meses ha habido varios ejemplos en los que grandes fabricantes anunciaron su decisión de trasladarse a los Estados Unidos para beneficiarse de los costes relativamente bajos. La diferencia entre Canadá e Islandia en esta historia es que Canadá disfrutará de ingresos gracias al petróleo que le ayudarán a mejorar el desplazamiento resultante de un aumento en el valor de su moneda. Islandia tiene pocas probabilidades de poder participar de la riqueza del petróleo canadiense de la misma forma.

La última vez que los líderes de Islandia se infectaron de ideas absurdas sobre la economía contrataron a Frederick Mishkin, un prominente economista estadounidense que decía que todo iba bien aun a sabiendas de que el sistema financiero estaba apunto de implosionar. Esperemos que los agentes públicos tomen un rumbo más serio esta vez.

Dean Baker es codirector del Center for Economic and Policy Research (CEPR). Es también autor de Plunder and Blunder: The Rise and Fall of the Bubble Economy False Profits: Recoverying From the Bubble Economy.

Traducción para www.sinpermiso.info: Vicente Abella Aranda

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FONTE DA IMAGEM: 

www.LensTraveler18.com

quarta-feira, 7 de março de 2012

Conteúdo da TV paga: uma questão de escolha

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Em 2011, o Congresso Nacional aprovou a Lei 12.485/11, conhecida como a nova lei da TV por assinatura. O escopo da nova legislação é bastante amplo, mas há dois aspectos fundamentais: a abertura do mercado de distribuição às operadoras de telefonia e o estabelecimento de cotas de produção e programação nacional e independente nos canais. Contrários à lei e derrotados no legislativo, os Democratas (DEM) entraram com pedido de inconstitucionalidade no Superior Tribunal Federal (STF). De carona nessa ação, a SKY, do megaempresário norte-americano Jonh Malone, convocou seus assinantes via email, internet e pelo próprio canal de TV, a se manifestarem contra a lei.

Um dos pontos que a propaganda veiculada pela SKY levanta é que a nova lei da TV por assinatura fere a liberdade de escolha do cliente. Então vejamos. A SKY me oferece a enorme diversidade de… três pacotes iniciais. A cada um eles eu posso acrescentar um grande leque de outros … três pacotes adicionais. Não tenho a opção de ter só canais esportivos, não posso ter só filmes, não posso escolher aleatoriamente dois canais de jornalismo, um de filmes e um de variedades. Caso eu não queira ver quatro horas de venda de tapete, anéis e aparelhos milagrosos de redução da barriga na Fox pela manhã ou de madrugada, a empresa nada tem a ver com isso. Não posso pagar menos se não quiser um canal que só passa reprise. E se eu quiser ver a Libertadores da América, da Fox Sports, que eu sei que tenta vender os direitos de exibição pra SKY, não adianta; a empresa já disse que não quer comprar. A liberdade de escolha na SKY é realmente impressionante.

Cotas e o intervencionismo de Estado

A SKY também acusa a lei de criar cotas como um mecanismo terrível de intervenção estatal. Não custa lembrar que os modelos de negócios do audiovisual no mundo foram construídos de forma estratégica e engenhosa pelos Estados Unidos de modo que, até hoje, seis dos maiores produtores de conteúdo audiovisual mundial são norte-americanos. Mais de 80% de todo conteúdo de filmes, séries, documentários e desenhos animados veiculados nos canais pagos no Brasil é de origem norte-americana. Esse não é um privilégio brasileiro. Com raras exceções, a indústria audiovisual de muitos países, incluindo os desenvolvidos, é dominada pelos enlatados estadunidenses. Por isso, desde o final da década de 80, a maior parte dos países europeus adotou um sistema de cotas que protege o conteúdo local. Mesmo nos EUA, houve tempos em que a cota para produção independente era altíssima e havia regras rigorosas para impedir que poucas empresas dominassem o mercado.

Quase 30 anos depois, no século XXI, o Brasil finalmente conseguiu aprovar uma lei de proteção ao conteúdo nacional e de estímulo à produção independente. Ao contrário do mundo inteiro, esse mecanismo não se aplica ao sistema como um todo, abarcando também a TV aberta, mas garantiu pequenos avanços na TV por assinatura. E veja que coisa chocante. A lei obriga que os canais considerados de espaço qualificado, ou seja, de filmes, séries, documentários, programas de variedades e reality shows, passem, por semana, 3h30 de conteúdo nacional, sendo 1h45 de conteúdo nacional independente. Faça você mesmo as contas. Em nome da valorização da cultura nacional e da diversidade, a lei obriga que um canal passe meia hora por dia de um filme, ou uma série, ou um desenho, ou um programa de variedade brasileiros, sendo 15 minutos de produção independente. O cumprimento da cota é semanal e pode ser realizado num só dia, ou em dias alternados, a critério das programadoras.

A cota obrigatória para os países que compõem a União Europeia é de que 50% do conteúdo veiculado seja europeu. A “absurda” intervenção do Estado na TV por assinatura no Brasil para garantir a veiculação de conteúdo nacional é uma “estrondosa” cota de 2,08% por semana. Em relação ao independente esse valor cai pela metade. No Canadá, 75% do conteúdo das televisões abertas deve ser composto por produções de origem canadense nos gêneros drama, comédia e documentário longa-metragem, assim como shows de premiações que celebrem o talento criativo dos canadenses. E é a nossa democracia que está ameaçada pela intervenção estatal.

Cotas de conteúdo, em qualquer lugar do mundo, mas fundamentalmente em democracias mais consolidadas e avançadas, é um mecanismo fundamental de desenvolvimento da indústria audiovisual local, de proteção e difusão da cultura nacional e de garantia do pluralismo e da diversidade. No Brasil, qualquer tentativa de avançar nesse sentido é vista como censura, ditadura ou intervencionismo estatal. Isso porque os mesmos grupos responsáveis pela difusão da informação controlam o que deve e o que não deve ser conhecido ou debatido pelos brasileiros. Eles não querem discutir o setor que controlam. Mais do que isso, utilizam o canal de comunicação que possuem para desinformar a população e defender seus próprios interesses. É esse o caso da propaganda da SKY, que, não custa lembrar, enviou mensagem sobre o perigo da lei para seus quase 3,8 milhões de assinantes. Sem contar a sistemática veiculação de uma propaganda mentirosa nos canais da empresa e na internet.

Ainda bem, os mitos de que a obra audiovisual nacional não presta, de que tudo que fazemos é um lixo e de que o Brasil não produz conteúdo de qualidade está cada vez mais distante do imaginário da população. Junto com um momento de desenvolvimento econômico, o país vive uma febre de auto-estima, de auto-valorização que também se reflete na produção audiovisual. Desenhos animados como Meu Amigãozão, Peixonautas, Tromba Trem e Turma da Mônica ganham a simpatia de brasileirinhos e de outras crianças mundo afora. Filmes e séries nacionais já são comuns em alguns canais de TV paga, inclusive estrangeiros. Documentários sobre a nossa diversidade cultural e regional são cada vez mais vistos e comemorados.

É hora de cada brasileiro assumir que ter mais Brasil e mais conteúdo independente na TV é bom para a difusão na nossa identidade entre nós mesmos, e para o mundo, além de ingrediente essencial para a democracia. É hora de desconfiar profundamente de quem utiliza o discurso da liberdade de escolha para fazer terrorismo mentiroso com seus clientes e atacar leis que buscam dar visibilidade a nossa riqueza e diversidade. 


Carolina Ribeiro é jornalista e integrante do Intervozes – Coletivo Brasil de Comunicação Social.

CdB

Liberdade para a Libertadores


Há dois anos, o governo de Cristina Kirchner comprou os direitos de transmissão do campeonato nacional para sua tevê estatal, o Canal 7, e passou a revendê-los para as emissoras privadas, com preços que variam de acordo com o índice de audiência de cada uma nos últimos 12 meses. Não parece uma má solução.

José Roberto Torero

Há uma crença, ou lenda, que diz que o mercado é ao mesmo tempo sábio e forte. Se este texto fosse uma charge, o mercado poderia ser desenhado como um velho de barbas brancas mas com músculos de Maciste (ou de Conan, se você perdeu os filmes italianos da década de 60).

Sendo sábio e forte, o mercado perceberia as necessidades da sociedade e rapidamente encontraria uma saída. Mas, como a maioria das lendas, há uma certa fantasia nisso.

A prova pode ser vista, ou melhor, pode ser não vista esta semana. É que muitos amantes do futebol deixarão de ver os jogos da Libertadores, a principal competição do continente.

Os seis times brasileiros estarão em ação entre terça e quinta-feira, mas só poderemos ver o jogo do Corinthians, pela Globo, e o do Fluminense, pela FX.

E quanto aos torcedores de Internacional, Santos, Vasco e Flamengo? E quanto aos torcedores de outros times que gostariam de ver estas partidas?


Eles não verão nada, a não ser que façam parte de uma minoria dentro da minoria, ou seja, dos assinantes de TV a cabo que são clientes de operadoras que trabalham com a Fox Sports.

Segundo a Anatel, hoje os assinantes da tevê paga se dividem assim: Net: 37%, Sky: 29,79%, Embratel: 17,89%, Telefônica: 4,29%, Oi: 2,76%, Abril: 1,27%, Outros: 6,99%.

Como a Fox Sports não se acertou com Net, Sky e Embratel, 84% dos assinantes das tevês pagas não verão a maioria dos jogos da Libertadores.
 

Isso acontece porque temos um choque de monopólios. As três grandes operadoras detêm o monopólio do público, e a Fox possui o monopólio da transmissão. Como não houve acordo, todo mundo sai perdendo: as operadoras, a detentora dos direitos, os clubes, os patrocinadores e principalmente nós, que gostamos de futebol.

Já que as tevês são concessões públicas e o futebol está enfronhado com o poder institucional (basta lembrar que há uma Timemania mas não uma Escolamania ou uma Hospitalomania), o assunto pode ser considerado um assunto de estado. Assim é na Argentina.

Há dois anos, o governo de Cristina Kirchner comprou os direitos de transmissão do campeonato nacional para sua tevê estatal, o Canal 7, e passou a revendê-los para as emissoras privadas, com preços que variam de acordo com o índice de audiência de cada uma nos últimos 12 meses.

Não parece uma má solução. Democratizaria os direitos de transmissão, quebraria monopólios e estabeleceria uma competição entre as emissoras, que por sua vez pagariam de acordo com sua audiência, sem correr grandes riscos.

A tese vai ao encontro da proposta do leitor Flávio Pietrobelli, autor do comentário que motivou este texto: “Creio ser a hora de batalharmos pela mudança da regra: que todos os canais possam transmitir livremente qualquer espetáculo. (...) Aquele que tiver maior índice de audiência poderá vender propagandas mais caras.”

É uma proposta democrática e que atende às premissas do livre mercado. O problema é que ter o monopólio geralmente é mais lucrativo do que competir.


José Roberto Torero é formado em Letras e Jornalismo pela USP, publicou 24 livros, entre eles O Chalaça (Prêmio Jabuti e Livro do ano em 1995), Pequenos Amores (Prêmio Jabuti 2004) e, mais recentemente, O Evangelho de Barrabás. É colunista de futebol na Folha de S.Paulo desde 1998. Escreveu também para o Jornal da Tarde e para a revista Placar. Dirigiu alguns curtas-metragens e o longa Como fazer um filme de amor. É roteirista de cinema e tevê, onde por oito anos escreveu o Retrato Falado.

Carta Maior

segunda-feira, 5 de março de 2012

Una historia de ejecutivos poderosos

Fonte da Imagem AQUI.

Demasiado grande para caer: una historia de ejecutivos poderosos

Si cometieras un error garrafal que le costara a tu empleador 4 millones $ ¿cuánto tiempo continuarías empleado? En la actualidad, en Norteamérica un alto ejecutivo puede costarle a su compañía 4.000 millones $ y sin embargo cobrar sueldo y bonificaciones.

La gente en EEUU es despedida continuamente. Si lavas platos y rompes demasiados, si eres entrenador y pierdes demasiados partidos, si eres periodista y pierdes demasiados plazos, pronto vas a ser historia.
Necesitamos esta responsabilidad. No podríamos funcionar sin ella si queremos ser una sociedad saludable. Pero la responsabilidad debe ser universal. Para crear y sostener la excelencia, ninguna sociedad puede exigir responsabilidades solamente a algunos -y dejar el paso libre a otros.
Sin embargo, algunas sociedades –sociedades profundamente desiguales– conceden pases libres. Continuamente. En estas sociedades desiguales las grandes acumulaciones de riqueza se traducen en grandes acumulaciones de poder. Los poderosos dictan sus propias leyes. Diariamente juegan con la vida. Siempre ganan por mal que jueguen.
Consideremos el caso de Randall Stephenson, el Director ejecutivo del gigante de las telecomunicaciones AT&T. Stephenson tuvo un mal año en 2011, un año verdaderamente malo. Sus decisiones costaron a AT&T más de 4.000 millones $. ¿Qué precio pagó Stephenson por esta debacle? La semana pasada lo supimos, y también mucho más sobre las disfunciones que nos definen.
Nuestra historia empieza el pasado marzo cuando el alto ejecutivo Stephenson anunció triunfalmente que AT&T acababa de cerrar un trato para comprar T-Mobile, la subsidiaria norteamericana de teléfono inalámbrico de la alemana Deutsche Telekom.
Está claro que Stephenson quería a T-Mobile fuera como fuera. El precio, de 39.000 millones $, que aceptó pagar por el operador inalámbrico equivalía a casi el doble del valor, 23.200 millones $, que los analistas de Wall Street habían calculado para la compañía el diciembre anterior.
Stephenson también aceptó pagar a Deutsche Telekom 4.200 millones $ como “indemnización por ruptura” en el caso de que el acuerdo con T-Mobile no consiguiera los permisos anti trust requeridos por el Departamento de Justicia de los EEUU y la Comisión Federal de Comunicaciones.
Esta cantidad equivalía a un porcentaje substancialmente mayor del precio de compra de T-Mobile de lo que es habitual en un acuerdo de adquisición importante. Stephenson debió imaginarse que con toda probabilidad los reguladores no iban a negar la luz verde a AT&T.
Su optimismo tenía cierto sentido. AT&T había trabajado duro para influir en la eventual decisión reguladora. Con un ejército de más de 90 personajes influyentes ejerciendo de cabilderos en Capitol Hill, entre ellos el ex líder republicano del Senado Trent Lott, AT&T se vanagloriaba de lo que el Washington Post llamó una de las operaciones políticas “más potentes” de la nación.
Stephenson tenía también línea directa con la Casa Blanca. El jefe de personal de la Casa Blanca Bill Daley había sido alto ejecutivo en la compañía telefónica que se fusionó con AT&T, así como ejecutivo en JPMorgan Chase, el banco de Wall Street dispuesto a ganar cientos de millones como bróker en la compra de T-Mobile.
Una vez aprobada, esta compra convertiría inmediatamente a AT&T en el mayor operador inalámbrico del país, y garantizaría a Stephenson una de las mayores gratificaciones de la historia de las telecomunicaciones.
Pero tanto el Departamento de Justicia como la FCC (Comisión de Comunicaciones Federales) se mostraron reacios a la compra a medida que aumentó la presión pública -y de las empresas rivales– contra la misma. En diciembre Stephenson se doblegó y renunció a la oferta de adquisición. AT&T tragó y pagó a Deutsche Telekom los 4.200 millones $ de indemnización por ruptura.
La enormidad de los “miles de millones” puede ser difícil de aprehender. ¿Cuanto costó a AT&T el fiasco de T-Mobile en términos de activos reales? Intentemos una analogía.
Imaginémonos a un empleado de AT&T terriblemente enojado y fuera de sí, dispuesto a infligir a la compañía todo el daño que pueda.
Este empleado enloquecido se hace con un mazo y va arriba y debajo de las naves de un almacén de teléfonos móviles de AT&T, destrozando una caja detrás de otra de teléfonos. Puede destrozar 10 cajas por minuto, 600 en una hora. Después de una jornada de 8 horas ha causado una destrucción por valor de 480.000 $.
¿Cuánto tiempo debería continuar este demonio destructivo blandiendo este mazo para causar a AT&T tanto daño como la ruptura, por el director ejecutivo Randall Stephenson, del acuerdo de compra de T-Mobile, de 4.200 millones $? Otros 8.749 días.
El empleado enojado de esta parábola, no es necesario decirlo, sería despedido, y pasaría un tiempo no precisamente corto en prisión. ¿Cuál es la condena de Stephenson? ¿Perdió su trabajo por costar todos estos miles de millones a AT&T?
Ni pensarlo. Tal como reveló la publicación corporativa de AT&T el pasado martes, Stephenson ni siquiera perdió sus bonificaciones. AT&T pagó al director ejecutivo, en 2011, 1,6 millones $ de salario base, 3.800 millones $ de bonificación en efectivo en concepto de “incentivos” y 12,7 millones $ en compensación basada en acciones.
La semana pasada, después de la publicación de las cifras de la paga de Stephenson, McCall Butler, de telecomunicaciones, dijo a los periodistas que “AT&T paga por resultados y esto es lo que refleja la compensación”.
¿Como puede una paga de 22 millones $ reflejar una compensación adecuada por un “resultado” que costó a AT&T 4.200 millones $? Según los portavoces de la compañía, el consejo de administración de AT&T penalizó a Stephenson por su actuación. El consejo redujo su bonificación en 2,08 millones $ respecto a lo que debería haber recibido el alto ejecutivo.
Una penalización interesante. La paga de Stephenson se vio reducida en menos de un 9% debido a una actuación que redujo los beneficios anuales de AT&T en un 52%.
Los accionistas de AT&T no pueden sentirse muy contentos. Pero otras partes interesadas en AT&T también tienen sus razones estos días para no sentirse satisfechos. Por ejemplo, los clientes.
El año pasado en Connecticut, el Departamento estatal de Infraestructuras Públicas, multó a AT&T por 1,1 millones $ por deficiencias en el servicio. En el otoño del año pasado los clientes de AT&T se quedaron seis días sin teléfono después de que el viento del nordeste, el Nor’eastersoplara por todo el Estado. ¿Por qué este retraso? Los trabajadores telefónicos tuvieron que venir del Sur para hacer las reparaciones.
El presidente del sindicato local de AT&T, Bill Henderson, señala que AT&T ha eliminado en Connecticut más de 2.500 puestos de trabajo en los últimos cuatro años.
Los despidos de AT&T se han extendido más allá de Connecticut. A principios de este mes en Georgia, los trabajadores telefónicos y los activistas de Occupy Atlanta se unieron para llevar a cabo una sentada en protesta por los 740 despidos que la oficina de AT&T de Atlanta anunció en diciembre.
Los directivos de AT&T alegan que los despidos en Georgia – y en otras partes – reflejan simplemente la caída de la participación de mercado de los teléfonos fijos. Uno de los vicepresidentes del Director Ejecutivo Stephenson dijo a los trabajadores de Atlanta que protestaban que “como cualquier negocio responsable debemos trabajar de forma consistente para adecuar nuestra fuerza de trabajo a las necesidades de la empresa”.
En pocas palabras, los trabajadores deben ser responsables ante el mercado. Como corresponde a un mundo desigual. Alguien tiene que ser responsable.

Sam Pizzigati edita Too Much, el semanario online sobre exceso y desigualdad publicado por el Institute for Policy Studies.

Traducción para www.sinpermiso.info: Anna Maria Garriga

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